Opinión
El huracán Plebiscito
Los habitantes de la Costa Caribe fuimos advertidos por el Centro Nacional de Huracanes y el IDEAM sobre el paso del huracán Matthew por nuestra costa, sus posibles estragos y consecuencias, pero lo que no previeron fue el paso del huracán Plebiscito, sus efectos y secuelas en toda Colombia.
Por eso, después de la jornada electoral, lamentablemente palpamos cómo la clase política de este país, con algunas excepciones, no les interesa las decisiones fundamentales de la nación, el fortalecimiento de la democracia y su participación, mientras no estén en juego sus curules, sus puestos e intereses o, en el peor de los casos, reine la mermelada o el vil dinero en el ejercicio democrático.
Las victimas que han padecido el horror, dolor y consecuencia de esta guerra absurda, han demostrado su intención de buscar la paz mediante el dialogo y su indeclinable decisión de perdón y reconciliación, mientras que los habitantes de las grandes urbes –donde, en muchos casos, la violencia no ha tocado sus puertas– han decidido aplazar esta oportunidad con el argumento de renegociar lo acordado.
Asimismo, los jóvenes, quienes son los llamados a disfrutar de un país acorde a la decisión que se tomaron en este procedimiento popular, demostraron una vez más con su baja participación, su desidia y apatía en hacer parte de la toma de decisiones estructurales de la nación. Es notable su poco interés en la participación política y la prevalencia del interés económico para ejercer su derecho al voto.
Los órganos electorales han probado su transparencia, capacidad y compromiso con la democracia, al realizar unas elecciones sin contratiempo y dar a conocer sus resultados con agilidad, eficacia y exactitud, sin importar las falacias y acusaciones de sus detractores que amancillaron su nombre y prestigio.
También evidenciamos un presidente respetuoso y decidido a la consecución de la paz, quien prefirió exponer la estabilidad de su gobierno, para que fuera el pueblo quien refrendara los acuerdos, a la imposición de los mismos por firma presidencial o cualquier otro mecanismo que contemple nuestra constitución.
Gracias a Dios ya este Huracán pasó ojala los colombianos demostremos una vez más de qué estamos hechos y como siempre ante la adversidad, calamidad e infortunio, exhibamos la solidaridad, pujanza y capacidad que nos ha caracterizado y podamos recomponer un camino para construir un mejor país.
Diógenes Armando Pino Sanjur
@mafranpisa
Sobre el autor
Diógenes Armando Pino Sanjur
Tamalamequeando
Diógenes Armando Pino Sanjur, más conocido como May Francisco, nació el 24 de junio de 1976 en un pueblo mágico lleno de historia, cultura y leyendas situado en la margen derecha del Río Magdalena llamado Tamalameque. Hijo de los docentes Diógenes Armando Pino Ávila y Petrona Sanjur De Pino, tiene 2 hijos, May Francisco y Diógenes Miguel, los cuales son su gran amor, alegría, motor y mayor orgullo. Abogado de Profesión, despertó su interés con la escritura de su padre quien es escritor e historiador, se declara un enamorado de su pueblo, de su cultura (la tambora) y apasionado por la política como arte de servir.
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