Opinión

Editorial: La realidad de la Ciénaga de Zapatosa

Redacción

24/07/2017 - 07:30

 

Ciénaga de Zapatosa / Foto: El Colombiano

 

La inauguración a principios del mes de julio del 2017 de un muelle y un mirador turístico en la Ciénaga de Zapatosa en el municipio de Chimichagua puede considerarse un hito en la historia del departamento del Cesar ya que representa también la primera visita de un jefe de estado en esta zona en los últimos 60 años.

Para la posteridad quedaron los anuncios y registros de una visita que propone marcar una nueva etapa. Un nuevo camino para quienes viven esta región. Y sin embargo, es necesario entender cuáles son las implicaciones de estos mensajes.

La Ciénaga de Zapatosa cubre un área de más de 40.000 hectáreas ubicada entre los municipios de Chimichagua, Curumaní, Tamalameque (Cesar) y el Banco (Magdalena). Pertenece a la zona conocida como la Depresión momposina y, con un volumen de 1000 millones de m2, se la considera como el complejo lagunar más grande de Colombia.  

Evidentemente, convertir la Ciénaga de Zapatosa en un atractivo eco-turístico es un proyecto atractivo, ya que supondría introducir como principal valor la conservación de la flora y fauna existentes en un ejercicio de sostenibilidad. También implica que las actividades relacionadas con la Ciénaga tengan el menor impacto posible sobre el equilibrio medioambiental de la región.

Sin embargo, es también necesario entender cuáles son las grandes problemáticas que han encendido las alarmas en cuanto a sostenibilidad y contaminación. La situación ambiental de la Ciénaga es crítica, y esto se debe en grandes rasgos a la presencia de palma africana (y todos los excesos ligados a este cultivo), las 300.000 cabezas de ganado que se establecen en este sector en épocas de sequía, la pesca intensiva, así como los conocidos vertimientos del río Cesar.

Hacer de la Ciénaga de Zapatosa un destino eco-turístico puede ser un giro apreciable para esta región del Caribe (y todo el país), pero esto supone grandes esfuerzos, tanto para los gobiernos locales, departamentales y nacionales, como para la población civil.

Primero se tiene que asegurar la infraestructura que permita la conexión –o accesibilidad- desde la capital del Cesar (Valledupar) y otros departamentos (Bolívar, Magdalena y Santander), pero también se debe pensar en un plan de reconversión de muchos de los habitantes de la región. No se trata de un movimiento anodino, sino de una decisión macro-económica que requiere una gran voluntad y un gran compromiso.

 

PanoramaCultural.com.co   

 

0 Comentarios


Escriba aquí su comentario Autorizo el tratamiento de mis datos según el siguiente Aviso de Privacidad.

Le puede interesar

El arte de la adivinación

El arte de la adivinación

Antes de ser Ciudad Naranja, Valledupar era noble y hospitalaria, por unos días fue “sorpresa caribe” y hoy es todo al mismo tiem...

El tráfico de armas en Colombia: un negocio más

El tráfico de armas en Colombia: un negocio más

El tráfico de armas en Colombia es un tema que no parece tener eco en el actual proceso de paz que se adelanta en la Habana. Este te...

Adornos peligrosos y el arte del encuentro

Adornos peligrosos y el arte del encuentro

  I Su prosa revela imágenes de un pasado coloquial y vertiginoso, pero también mágico. Él hace de la fábula una artimaña se...

Los problemas de los festivales en el interior

Los problemas de los festivales en el interior

  El pasado fin de semana se realizaron dos festivales vallenatos de los más importantes para nuestra música, en razón a que preci...

Editorial: El discurso de la mujer en la música vallenata

Editorial: El discurso de la mujer en la música vallenata

Este mes de Octubre, nuestros columnistas protagonizaron un interesante debate sobre el papel de la mujer en la música vallenata y el ...

Lo más leído

Síguenos

facebook twitter youtube

Enlaces recomendados