Opinión

El costo de la informalidad

Julio A. Franco Orozco

11/03/2019 - 05:15

 

El costo de la informalidad
La informalidad se acapara de las calles de la capital del Cesar / Foto: archivo PanoramaCultural.com.co

Un gran reto tienen los candidatos a alcaldías y gobernaciones en las próximas elecciones para disminuir el grado de informalidad en nuestra región; las cifras en Valledupar son contundentes, según la Cámara de Comercio, la informalidad empresarial llega al 55 %, y la laboral al 64%. Esto se traduce en una baja productividad y en unos deficientes ingresos fiscales, como quiera que pocas empresas y pocas personas pagan impuestos y declaran renta.

La informalidad tiene que ver con aquellas actividades económicas, en las cuales tanto las personas directamente involucradas, como la sociedad en su conjunto, están mejor si la ley aplicada al caso es violada más que si es cumplida, es decir, en las actividades informales las cosas funcionan si la ley en vez de cumplirse se viola.

La informalidad es consecuencia de una estructura institucional ineficiente, porque el costo de cumplir la ley excede al beneficio, se cumple con la ley cuando se obtiene algún rédito. Las personas se comportan racionalmente, solo cuando entienden que va a mejorar su situación, obedecen la ley, de lo contrario no lo hacen; se desplazan entonces del mercado formal al informal, invadiendo las calles, porque no somos iguales ante la ley, y ésta ha sido utilizada para separar a los pobres del acceso a los mercados, y estos han reivindicado en las calles el derecho a la propiedad privada. El alto costo de la legalidad socava el estado de derecho, quitándole legitimidad y favoreciendo las actividades informales.

De otro lado, el costo del Derecho no es igual para todos, sí el costo es la oportunidad sacrificada para hacer algo, cumplir la ley le cuesta más al que tiene menos, el pobre sacrifica más de lo que tiene para cumplir la ley; en el Análisis Económico del Derecho, se dice que el costo de la legalidad es inversamente proporcional al ingreso.

Entonces no se necesitan medidas que asfixien más a los informales, como disminuir el efectivo incentivando el uso del dinero electrónico, beneficiando claramente al sector bancario, y disminuyendo la capacidad de acción de los informales como propone el reconocido economista exdirector de Planeación Nacional Armando Montenegro. Lo que se necesita es reducir el nivel de los costos de la legalidad, haciendo más fácil y diligente el cumplimiento de la ley. Los regímenes de excepción, las normas de privilegio, las tasas diferenciadas lo que producen es informalidad.

Que el artesano tenga las mismas posibilidades de formalizarse que el gran empresario, que el vendedor ambulante y el tendero no sean apabullados por las cadenas mayoristas, que disminuyan los trámites para formar empresas, estimulará la disminución de la informalidad.

Paradójicamente se debe tener en cuenta que la informalidad es un vehículo fundamental para promover la capacidad empresarial, la imaginación y la creatividad de los sectores marginados; no se puede negar que tiene deficiencias: la indefinición de los derechos de propiedad, la falta de registros, la no protección de los contratos, la escasa fiscalidad, pero no se puede negar que es la gran escuela empresarial de los menos favorecidos y de la cual han salido emprendimientos que han dado progreso y desarrollo al país.

Queda pues sentada esa gran apuesta para los nuevos gobernantes, porque se entiende que a los actuales les queda poco margen de maniobra; o impulsan su gestión a favor de la disminución de los costos de la legalidad, o la informalidad será un gran monstruo difícil de derrotar en los próximos cuatro años.

 

Julio Franco Orozco

@Jafrancoz1

Sobre el autor

Julio A. Franco Orozco

Julio A. Franco Orozco

Cleóbulo

Docente Universitario, que le gusta la política cuando se vuelve historia, y que busca a través de las ideas de la libertad recrear en la columna, conceptos políticos y económicos que nos ayuden a entender la realidad actual.

@Jafrancoz1

0 Comentarios


Escriba aquí su comentario Autorizo el tratamiento de mis datos según el siguiente Aviso de Privacidad.

Le puede interesar

¿Habrá un legado en la Revolución cubana?

¿Habrá un legado en la Revolución cubana?

Una respuesta certera es difícil para un mundo global que se debate en el fracaso, una y otra vez, de sus incontables ensayos econó...

El príncipe colombiano

El príncipe colombiano

“La corrupción es una amenaza contra la libertad, virtud sin la cual ningún pueblo puede construir grandeza” (Maquiavelo) No es ...

Editorial: El género de la crónica y el festival

Editorial: El género de la crónica y el festival

El Festival de la Leyenda Vallenata acaba de pasar y quizás éste sea el mejor periodo para proponer ideas de mejora. Este editoria...

Solucionadores de todo

Solucionadores de todo

  La política es un tema apasionante. No participo activamente en el sentido de salir a la plaza a discursear ni a pedir votos por c...

La educación nuestra de cada día

La educación nuestra de cada día

Por fin dejamos de ser los primeros en lo que deberíamos ser los últimos. Ahora, en cambio, somos los menos malos entre los peores....

Lo más leído

¿Qué es la oralidad?

Javier Zamudio | Patrimonio

Vida y trayectoria de Rafael Pombo

Redacción | Literatura

La Cultura y el laberinto del poder

Omar Castillo | Pensamiento

La parranda vallenata como un ritual de amistad

María Ruth Mosquera | Música y folclor

Vallenato clásico

Luis Carlos Ramirez Lascarro | Música y folclor

Sanar con árboles

Rosa Cintas | Medio ambiente

La feria de Magangué

Álvaro Rojano Osorio | Patrimonio

Síguenos

facebook twitter youtube

Enlaces recomendados