Opinión

Los brujos de Peralta

Álvaro Yaguna Nuñez

31/01/2020 - 04:05

 

Los brujos de Peralta

 

Arnaldo Peralta Castila, “El primo Nando”, como cariñosamente le he llamado desde la época de la escuela primaria, en algún momento de su exitosa vida laboral, sin pensarlo ni desearlo, se metió en un lio de padre y señor mío.

De todos es conocido que en nuestra región Caribe principalmente, tal vez debido a las influencias de las poblaciones esclavas traídas por los colonizadores ibéricos a nuestro continente americano, se arraigaron las costumbres, ritos, supersticiones, idolatrías, talismanes, en nuestra ancestral provincia incrustada en los valles ubérrimos del Ranchería, Cesar, y la magnífica Sierra Nevada de Santa Marta, consolidando la proliferación de brujos, curanderos, teguas, encantadores de serpientes, lectores del tabaco, las pitonisas de la borra del café y pare de contar.

En la coloquial Valledupar, en barrios periféricos siempre existieron, a pesar de la reticencia y prohibiciones de la iglesia, grupos impetuosos y sugestivos de magos, rodeados de una envidiable aureola de fantasía, incredulidad y trascendencia inverosímil.

Transcurría el año 1994 cuando nuestro personaje “Nando Peralta” ejercía funciones como directivo en una reconocida empresa de servicios en la ciudad; en cierta ocasión, el suspicaz jefe Peralta se enteró que todos los días, en horas de la mañana, todos los vehículos al servicio de la entidad se “Volvían alcanfor”, desapareciendo del entorno, paralela y simultáneamente con varias damas que aparentemente salían a cumplir funciones propias de su cargo; la investigación sigilosa y profunda llevada a cabo por el “Sabueso” Peralta tuvo sus frutos, logrando determinar que un gran número de féminas tenían conexión presencial con un brujo “Lector del tabaco”. 

La patraña fue descubierta públicamente, con el resultado final de que la “agremiación” de los encantadores y farsantes, en numerosa y pacifica protesta irrumpieron cualquier día en su oficina, bien temprano, increpándolo vehementemente: “Usted nos está dañando el negocio”. El primo Nando, bastante ofuscado y contrariado, respondió con carácter: “¿Cuál negocio? ¿Acaso yo he hecho negocio con ustedes? Yo solamente me he remitido a controlar la salida de los vehículos”.

Mucho tiempo después, en la residencia de los “Oráculos” se extinguieron las largas colas en espera de la consulta. También se conoció el rumor insistente que muchos de los esposos y novios “tratados” por los infalibles menjurjes, volvieron al redil de los amores reconciliados y reposados, por culpa de los brujos de Peralta.

 

Álvaro Yaguna Núñez

0 Comentarios


Escriba aquí su comentario Autorizo el tratamiento de mis datos según el siguiente Aviso de Privacidad.

Le puede interesar

Los orígenes de nuestra desmesura‏

Los orígenes de nuestra desmesura‏

El arte es un instrumento para interpretar  la modernidad, pues establece críticas frente a la misma. La novela, por ejemplo, es un g...

Reducción de la dotación de los premios Nobel: ¿Crisis o mala gestión?

Reducción de la dotación de los premios Nobel: ¿Crisis o mala gestión?

En los dos últimos años un gran número de concursos literarios han visto cómo la dotación de sus premios disminuía significativam...

CPV: mucho coaching y oraciones, pocos vinos

CPV: mucho coaching y oraciones, pocos vinos

Problemas de lejanía imposibilitaron mi asistencia a la premiación del Círculo de Periodistas de Valledupar (CPV) 2018. A última h...

Total, la mayoría no les cree

Total, la mayoría no les cree

  El periodismo es una de las profesiones más nobles que existe, su labor de informar, de presentar los hechos o sucesos noticiosos ...

La victoria del trabajo

La victoria del trabajo

‹‹Cava un hoyo››, expresaba mi padre cuando me pedía que le alcanzara alguna herramienta del armario, y yo, ante la dificulta...

Lo más leído

Síguenos

facebook twitter youtube

Enlaces recomendados