Opinión
El inquietante nacimiento de un gigante editorial
El anuncio hace pocos días de la fusión entre dos colosos mundiales del sector editorial debe ser el motivo de muchas reflexiones. Mientras nuestras economías latinoamericanas sufren todavía de pocos lectores y de editores independientes poco inspirados, en Europa se está conformando un grupo de dimensiones colosales.
Pearson y Berstelmann son dos empresas europeas que generan un volumen de negocios de 3500 millones de dólares anuales y que, en el caso de Random House (una de las editoriales del grupo Pearson), publica entre 200 y 300 referencias por mes.
No cabe duda de las intenciones: el objetivo principal es superar las fronteras del antiguo continente (Europa) e implantarse durablemente en lugares como India, China y América Latina. Pero también conquistar el mundo digital y poder “tutear” a gigantes como Google, Amazon y Apple.
Todo esto puede parecer muy interesante en una perspectiva inversionista global pero y ¿qué hay de los sectores editoriales y culturales todavía incipientes en muchos países como Colombia y centro América, o muy jóvenes y desprotegidos en países como Brasil y Argentina?
La llegada de unos colosos como los que se están anunciando significa también la incursión masiva en nuestro territorio de obras superventas como Dan Brown, John Grisham y Patricia Cornwell.
No tengo nada en contra de estos autores y, para ser honesto, he disfrutado mucho con algunos de ellos, pero detengámonos un segundo y pensemos en nuestra región donde todavía se están iniciando programas de alfabetización o promoción de la lectura, donde se editan poquísimos autores en español y donde las redes de distribución son casi inexistentes. ¿Qué pasará ante la llegada de estos “extraterrestres” culturales?
El efecto será el mismo que el de un Tsunami destructor y desolador. Desde mi perspectiva de docente y asiduo lector, entiendo que las referencias globales terminarán copando una parte predominante del espacio en las grandes superficies, que las librerías se limitarán a vender lo que sea editado por esos “sellos de garantía” (económica y publicitaria), que, poco a poco, el espacio abierto a los autores nacionales –esos que van buscando un espacio frente a los globales– desaparecerá y que acabaremos perdiendo a nuestras generaciones de talentos y creadores.
Ante esa nueva página de la globalización acechante, de sus efectos nefastos en las culturas y el lenguaje, los gobiernos de Latinoamérica deben responder a tiempo y proteger sus mercados (porque son su cultura también).
Es urgente avivar e incentivar la actividad editorial en nuestros países. Divulgar los autores locales y fortalecer los conductos que permiten hacerlo antes de que caigamos en la cultura del “Fastfood cultural” y, para eso, es necesario pensar en un esfuerzo conjunto.
Si no es posible detener ese tsunami que avanza hacia nuestras costas, pensemos en términos de regiones: hagamos alianzas con los países de Latinoamérica, desarrollemos fondos que favorezcan la edición de textos y autores en lengua española y fomentemos el intercambio de saberes, porque si no pasaremos de un extremo al otro: leer nada y leer todo importado.
Sobre el autor
José Luis Hernández
La Lupa literaria
José Luis Hernández, Barranquilla (1966). Abogado, docente y amante de la literatura. Ofrece en su columna “La Lupa Literaria” una perspectiva crítica sobre el mundo literario y editorial. Artículos que contemplan y discuten lo que aparece en la prensa especializada, pero aplicándole una buena dosis de reflexión y contextualización.
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