Literatura
Recuerdos de un taller literario RELATA
Sentado detrás de una mesita rectangular en la sala de conferencias de la Biblioteca Rafael Carrillo, Luis Alberto Murgas espera a sus alumnos con paciencia. El profesor del taller de literatura Relata ––más conocido como “Beto”–– siempre es puntual. La verdad es que es el único que llega a la hora. Desde las ocho de la mañana de cada sábado (hora a la que supuestamente empieza el taller), el hombre se sienta con ese rostro pensativo que deja entrever un amor por las letras y una voluntad férrea por comunicar su conocimiento.
Los alumnos van llegando a cuenta gotas como hojas sueltas caídas de un árbol, pero a las nueve empieza la clase. El retraso se ha convertido en una norma tácita que permite convertir el espacio de reunión en una tertulia amena. El profesor lo acepta con humor, más preocupado por las lecturas que tiene en su plan de estudio, por las anécdotas que le aportan los asistentes, que imponer una autoridad. La literatura es una cuestión de entusiasmo, de apasionamiento y entrega, lo sabe muy bien Beto. Es un modo de vida que aquí se ilustra en cada detalle: en las lecturas que se comparten, en el café caliente que acompaña las conversaciones, en las bromas, comparaciones y críticas compartidas.
0 Comentarios
Le puede interesar
Los 10 artículos literarios más leídos del 2015
Un año hablando de literatura es difícil –o casi imposible– de resumir, pero siempre nos queda la opción de volver a los grand...
Diez poemas de Pablo Neruda que debes leer
Ricardo Eliécer Neftalí Reyes Basoalto, más conocido como Pablo Neruda, fue un poeta que nació el 12 de julio de 1904 en Parra...
La línea azul, de Ingrid Betancourt
En noviembre de 2010, el libro “No hay silencio que no termine” de Ingrid Betancourt me dejó con la certeza que era una obra muy b...
Julio, el impotente
Para Julio era el peor día al que se enfrentaba y así lo denotaban sus ojos enrojecidos y sus grandes patas de gallina demarcad...
Desiderata, el poema de Max Ehrmann
Camina plácido entre el ruido y la prisa, y recuerda que la paz se puede encontrar en el silencio. En cuanto te sea posible y sin ren...