Literatura

El amor en la literatura: las obras más imprescindibles

Carlos de Tomás Abad

08/05/2023 - 01:20

 

El amor en la literatura: las obras más imprescindibles
La obra Romeo y Julieta, de Ford Madox Brown (1870)

 

A lo largo de la historia se ha amado de manera distinta; entiéndase, se han producido distintas visiones histórico-culturales del amor hacia el otro o el mismo sexo.

Hasta el Renacimiento, el amor fue el concepto de un ideal; virtud y belleza eran el espejo de la mujer, una mujer idealizada. La Beatriz de Dante o la Laura de Petrarca.

En el siglo XVIII, el amor no es solo una cuestión de las clases más favorecidas, es una cualidad interior para la que están capacitados todos los hombres. Es con el Romanticismo cuando comienza a fraguarse un modelo que sigue vigente hasta hoy; donde todo está permitido: Las conquistas en cadena del siglo XVIII, el amor platónico, el amor furtivo, el destructor, y cuantas maneras se le ocurran al amante.

Salvando las distancias, la literatura está llena de obras imprescindibles para entender el recorrido. Tristán e Isolda, Romeo y Julieta, Las amistades peligrosas de Choderlos de Laclos, Orgullo y prejuicio de Jane Auster, Rojo y NegroMadame BovaryAna Karenina, Effi Briest de Theodor Fontane, la obra cumbre de la novela realista germana; en la literatura española La Regenta o, más moderna, Lolita de Nabokov entre otras no menos importantes.

En la época de Shakespear, el amor se consideraba una enfermedad; la asimilación del sentimiento amoroso a una dolencia es originaria de la antigüedad. La pasión amorosa se interpretó como la primera enfermedad de la civilización europea: la melancolía. Hasta hace poco más de dos siglos a nadie se le hubiese ocurrido relacionar amor con matrimonio, ya que el amor era pasional, breve e irracional.

El matrimonio era lo contrario, la decisión racional que se subordinaba a los intereses económicos; incluso en las clases media y baja la subsistencia doméstica se basaba en el matrimonio. Por esta razón, el amor se sitúa fuera del matrimonio y así encontramos a las grandes adúlteras de la literatura, Madame Bovary, Ana Karenina o Effi Briest.

Lo decisivo en el amor del Romanticismo es el sentimiento. Este hecho modifica totalmente los motivos del amor; se ama al otro como ser total, incluyendo sus defectos. No se ama por la belleza, la situación económica o la disponibilidad, se ama por cómo es la persona amada, no por lo que significa.

¿Y qué decir de Lolita? ¿Es una novela de amor? La calificación se atraganta cuando se desvela a la pareja de protagonistas, pero aunque pueda parecer un alegato a la pedofilia, la verdadera historia de amor sólo existe en la imaginación del protagonista, es una mujer niña al estilo de la Beatriz y Laura de Dante y Petrarca.

Aquellas mujeres niñas idealizadas fueron conocidas fugazmente por los poetas y bastaron para que su fantasía creara dos de las figuras femeninas más importantes de la literatura. Beatriz y Laura eran perfectas, casadas posteriormente con otros hombres, inalcanzables e intocables. Y el hecho de que murieran muy jóvenes enalteció aún más sus figuras.

La durabilidad del amor es una noción bastante moderna dentro de nuestra cultura. Comenzar una relación de pareja con la esperanza de que sea duradera porque hay amor es una invención de las clases burguesas, el mejor ejemplo se encuentra en la novela de Jane Austen: Orgullo y prejuicio de 1813. Aquí el amor es predecible, cotidiano; la autora inglesa escapa de la anarquía para explicar que ese amor es posible.

 

Carlos de Tomás Abad

2 Comentarios


Berta Lucía Esrada 19-01-2016 10:56 AM

¿"Comenzar una relación de pareja con la esperanza de que sea duradera porque hay amor es una invención de las clases burguesas"? ¿Según esta premisa la historia de amor de Pedro Abelardo y de Eloísa no los acompañó hasta el final? El amor siempre ha existido, lo que si en cierta forma una invención de la burguesía es el matrimonio como lo concebimos hoy en día. Creo que este trabajo ha debido esperar más tiempo antes de ser publicado, le falta mucha solidez y mucha lectura; no lo digo sólo por la frase que cito al comienzo. Atentamente, Berta Lucía Estrada, autora de la columna Fractales.

Juan Aparicio 20-01-2016 06:56 AM

Piensa que la novela "Rojo y negro" es esencial para entender el amor como hoy lo conocemos, con su orgullo, sus apariencias...

Escriba aquí su comentario Autorizo el tratamiento de mis datos según el siguiente Aviso de Privacidad.

Le puede interesar

Cuando murió David Sánchez Juliao

Cuando murió David Sánchez Juliao

  El 9 de febrero del 2011, murió David Sánchez Juliao, escritor, periodista y cuentista colombiano. Desempeñando mi labor como d...

Carta a mi futuro hijo (II)

Carta a mi futuro hijo (II)

  Va a nacer, me dijo una voz presurosa desde el otro lado del teléfono, como si me descubriera el mundo o si me revelara un secreto...

Emma Claus en una Tarde de Febrero

Emma Claus en una Tarde de Febrero

  Autora de la novela “Siempre bajo la lluvia” (2020), Emma Claus se afianza en el Caribe colombiano como una escritora centrada ...

Los pasillos secretos en el mundo despreciable de Álvaro Mutis

Los pasillos secretos en el mundo despreciable de Álvaro Mutis

"El último hombre sobre la tierra lo que hará antes de morir es escribir poesía. Será un lamento, un decir, qué hice, qué es esto...

El poeta Candelario Obeso y su visión de la nación colombiana del siglo XIX

El poeta Candelario Obeso y su visión de la nación colombiana del siglo XIX

Candelario Obeso es el primer poeta afrocolombiano al que se le publica su obra. Nacido en Mompox (1849-1884), de su vida se conoce que...

Lo más leído

¿Qué es la oralidad?

Javier Zamudio | Patrimonio

Vida y trayectoria de Rafael Pombo

Redacción | Literatura

La Cultura y el laberinto del poder

Omar Castillo | Pensamiento

La magia de Escalona

Alberto Muñoz Peñaloza | Música y folclor

Vallenato clásico

Luis Carlos Ramirez Lascarro | Música y folclor

El Vallenato de Rafael Escalona

Darío Blanco Arboleda | Música y folclor

Síguenos

facebook twitter youtube

Enlaces recomendados