Literatura

Siempre habrá poesía: Bécquer

Juan Carlos Cortés

21/03/2023 - 00:45

 

Siempre habrá poesía: Bécquer
El poeta español Gustavo Adolfo Bécquer / créditos a su autor

 

La imagen de un escritor a la luz de una chorreada vela que parpadea en un herrumbroso candil de un mísero cuarto con un catre arrinconado contra una de las paredes húmeda y salitrosa por las constantes lluvias, sería la estampa perfecta para evocar al poeta Gustavo Adolfo Claudio D. Bécquer.

Su existencia fue simple y sencilla; la pobreza material siempre fue algo cotidiano pero indiferente cuando el corazón se encontraba pletórico para escribir con la métrica y significado exactos. Con la cabeza llena de ideas y el corazón dispuesto a transformar las ideas en letras, desde temprana edad Bécquer en su natal Sevilla, comienza a escribir sus primeras obras mientras desarrolla una especial sensibilidad para la música y la pintura.

Escribe sin más un poema póstumo para su maestro Alberto Lista y en poco tiempo empieza a definir el gusto por autores como Rioja y Herrera, poco a poco va convenciéndose de que su destino es ser escritor y a los 18 años abandona Sevilla y parte a Madrid a finales de 1854.

Ganarse la vida no resulta fácil, menos cuando tiene que hacerlo escribiendo cualquier cosa para diferentes periódicos o trabajando eventualmente como oficinista. Asiduo visitante del "Café Suizo" en donde se reunían diferentes literatos para participar en las charlas y debates.

Su primera rima se ve publicada en "El Nene" bajo el título de "Imitación de Byron” en 1859, de ahí en adelante publica un poco de prosa en "El Mundo" y en algunos periódicos de menor circulación, lo que se traduce en una absoluta austeridad para alimentarse y por consecuencia a menudo tiene problemas de salud, lo que le obliga a buscar ayuda en el Monasterio de Veruela.

En Veruela escribe acerca de su condición física y espiritual en nueve cartas que manda para su publicación en el periódico "El Contemporáneo", la serie se titula "Desde mi celda" y refleja el carácter melancólico y resignado del poeta.

Regresando a Madrid, a veces acompañado de su hermano Valeriano, colabora en revistas y periódicos escribiendo como siempre sobre cosas que no le interesan en lo mínimo; probablemente entre los años de 1860 y 1864 escribe las célebres "Leyendas" que nunca vería publicadas.

De su vida familiar se sabe muy poco, procrea tres hijos con Casta Esteban, pero su ideal de amor era diferente a la realidad por lo que su relación con Casta se vuelve inestable a pesar de todo.

Buscando inspiración viaja en varias ocasiones a Toledo, para escribir leyendas, viaja a Veruela cuando está enfermo y a Soria, aunque las leyendas las sitúa muchas de las veces en Castilla.

En 1870 muere su hermano Valeriano, quien era un soporte insustituible para el poeta, sumido en una profunda depresión busca a su amigo Narciso Campillo y le entrega los manuscritos de la rimas para que disponga de ellas. Bécquer muere en la pobreza total el 22 de diciembre de 1870 en Madrid, cuando tenía 34 años de edad.

Su obra definida en dos partes que son las rimas y las leyendas, jamás fueron vistas publicadas por el poeta, sus amigos cercanos se encargaron de hacerlo después de muerto. En la Biblioteca Nacional de Madrid se guarda el primer original de las rimas, aunque este ha sufrido varias restauraciones, correcciones y reconstrucciones y que además se dice que no guarda similitud con las diferentes ediciones publicadas oficialmente.

Con ese halo de misterio e incertidumbre que rodeaban al poeta, su obra se ve de la misma forma en ocasiones hasta obscura, dividida quizás en un antes y después del amor, de ese amor de metáforas y versos, de ese amor de ojos verdes, de esa eterna promesa de una perpetua poesía, de la atmósfera sobrenatural de un monte con una paradójica imagen de una cruz y un diablo.

El escritor acomoda sus folios mientras en la salitrosa pared del lúgubre cuartucho danzan las sombras estiradas, su alma está en paz después de escribir, su mirada melancólica echa un último vistazo antes de apagar el cabo de la vela casi consumida, similar a su vida, dormirá pensando: ¡Siempre habrá poesía!

 

Juan Carlos Cortés 

 

 

0 Comentarios


Escriba aquí su comentario Autorizo el tratamiento de mis datos según el siguiente Aviso de Privacidad.

Le puede interesar

Con Gabo en el Loperena

Con Gabo en el Loperena

El calor y la brisa contrastaban el ambiente en un Valledupar arrebatado por la ilustre visita de Gabriel García Márquez, después ...

Después de abril

Después de abril

  Farruko Kataño no olvidará la mañana cuando, al pasar por la plaza mayor, miró unos ojos oscuros que jamás había visto ant...

Gabriel García Márquez, historia de una leyenda

Gabriel García Márquez, historia de una leyenda

Cómo describir a un hombre tan querido y tan genial como Gabriel García Márquez. Como resumir una biografía de miles de páginas en...

El cuento en Colombia: entre la tradición y la ley del zapping

El cuento en Colombia: entre la tradición y la ley del zapping

  El cuento moderno en Colombia se inicia en 1897 con “En la diestra de Dios padre” de Tomás Carrasquilla, publicado en el peri...

Un concurso para que estudiantes puedan ‘Escribir el Caribe’

Un concurso para que estudiantes puedan ‘Escribir el Caribe’

Hasta el lunes 03 de octubre del año en curso, los estudiantes de la educación media y secundaria de los colegios públicos del Ces...

Lo más leído

¿Qué es la oralidad?

Javier Zamudio | Patrimonio

Vida y trayectoria de Rafael Pombo

Redacción | Literatura

La Cultura y el laberinto del poder

Omar Castillo | Pensamiento

La parranda vallenata como un ritual de amistad

María Ruth Mosquera | Música y folclor

Vallenato clásico

Luis Carlos Ramirez Lascarro | Música y folclor

La parranda y el parrandero en la música vallenata

María Emilia Aponte Mantilla | Música y folclor

Síguenos

facebook twitter youtube

Enlaces recomendados