Literatura

Cuento: En medio de la noche

Carlos César Silva

10/07/2012 - 10:40

 

Yo estaba acariciándome los senos. Me irrumpían velas y plumas que expedían un olor a sándalo.

La medianoche arribaba con rapidez. Hacía rato que había dejado de oír a lo lejos la voz arrogante de Pablo, al parecer había terminado de darles órdenes a sus hombres. Sin embargo, seguía haciéndome esperar. Desesperada, me puse la bata y salí a buscarlo.

Recorrí todo el interior de aquella casa suntuosa y sólo pude hallar de él un par de habanos mal apagados. Luego sentí ciertos movimientos en el patio y con cuidado me dirigí hacia allá.

Cuando me aproximé a la piscina, vi de repente entre las aguas a Pablo: estaba juntando delicadamente sus labios con los labios de alguien, a quien desde la posición que yo ocupaba, no alcanzaba o tal vez me rehusaba a distinguir.

De modo que me acerqué un poco más. Atónita, descubrí que se trataba de Gonzalo, la mano derecha de Pablo, cuya piel dorada y musculatura perfecta tal la de un dios -reconozco- lograron tentarme en varias ocasiones.

Ahora, sin que ellos se percataran de mi presencia, salí corriendo en busca de la pistola que Pablo me había dado para que utilizara cuando fuera necesario…

CARLOS CESAR SILVA

1 Comentarios


johan surtet 03-05-2020 09:43 AM

Preciso.

Escriba aquí su comentario Autorizo el tratamiento de mis datos según el siguiente Aviso de Privacidad.

Le puede interesar

Carmen Carmen

Carmen Carmen

¡Que rompa el son caliente, y que lo baile la gente, pecho con pecho, vaso con vaso, y agua con agua con aguardiente!   Yoruba soy,...

Aspectos míticos en

Aspectos míticos en "Canto general" de Pablo Neruda y mi viaje a Isla Negra

  Cuando pensamos en Pablo Neruda generalmente lo relacionamos con una poesía intimista y amatoria, tal vez porque siempre se no...

Tío pobre, sobrino rico

Tío pobre, sobrino rico

  La gente piensa que él expresa las cosas mintiendo. Pero no, no es así. Nada, absolutamente nada, de todo lo que sale de la boca ...

El muchacho de los mandados

El muchacho de los mandados

  Todos los días, apenas terminaba de ayudar a mi papá en la venta de hielo que tenía en el mercado, me iba a pescar al río Magda...

El hombre que no mató a su mujer

El hombre que no mató a su mujer

Nuestro personaje es un señor enjuto y jorobado, de vestimenta pasada de moda y holgada debido a su flacura, gafas de carey con lente ...

Lo más leído

Síguenos

facebook twitter youtube

Enlaces recomendados