Ocio y sociedad
Pedro Medina: “No hay que ser número uno, hay que ser único”
Llegó de Bogotá con las pilas puestas, para presentar un proyecto dirigido a infundir confianza en el tejido social del Cesar, y desde el momento en que pisó el suelo de Valledupar nadie pudo detenerlo.
El conferencista Pedro Medina fue comparable a un huracán de ideas. Un terremoto de adrenalina. O mejor todavía: una ducha de agua fría pero con el suplemento de buen humor y de alegría.
En su paso por los medios locales, por las Universidades y algunos lugares simbólicos del departamento, el proyecto “Yo creo en el Cesar” iba concretándose de manera entretenida y a un ritmo deslumbrante, con el efecto de una dosis de aire fresco que invita a renovar la mirada sobre nuestro entorno.
Un buen ejemplo para ilustrar esa tormenta visual y sensorial es la cuenta de Pedro Medina en Twitter (@yccpedro). En pocos minutos se inundó de comentarios sobre la hermosura del Valle y centenares de ideas de negocio y de proyectos que podrían transformar de manera sostenible la región (cultivos de mango, ecoturismo, proyectos urbanísticos y de bioconstrucción, tradiciones recuperables y exportables, como los dulces de antaño…).
Era innegable que el director de la campaña “Yo creo en Colombia” se había enamorado en un instante del Cesar. Lo expresaba a los cuatro vientos en sus mensajes, incluso después de haberse ido. A su vuelta en Bogotá, un twit nos llamó especialmente la atención: “Almorzando en Bogotá pollo con suero costeño de Valledupar… ¡Delicioso!”
Pero centrémonos en la conferencia que dictó en la Universidad Popular del Cesar. Allí centenares de estudiantes se aglomeraron en el auditorio Julio Villazón y pudieron comprobar que la motivación es algo que maneja a la perfección.
Con un vaso de agua panela en la mano –la bebida más refrescante de la región–, el hombre fue explicando su concepto del éxito y del emprendimiento. “No hay que ser número uno, hay que ser único”, expresó.
De entrada ese comentario llamó la atención de la audiencia. No sirve de nada correr si uno no se prepara y no sabe adónde va. Por eso, es importante trabajar tres conceptos claves que el conferencista enfatizó: (1) la conciencia: hay que tener los ojos abiertos sobre el entorno; (2) la confianza: es el factor lubricante de la sociedad; y (3) la coherencia: para no caer en los despropósitos.
Pedro Medina invitó los presentes a abrir los ojos y valorar lo que les rodea, buscar modelos y referencias locales porque, según él, “no sabemos vender Colombia”. En materia de emprendimiento esa mirada renovada y positiva es imprescindible. “Cuando hablamos de emprendimiento, el desafío es cambiar los lentes”, explicó el conferenciante.
En esa misma perspectiva, Pedro invitó los asistentes a ser flexibles, a no caer en el escepticismo y adaptarse a las situaciones adversas. “Todo ser humano tiene la capacidad de ampliar el diálogo interno cambiando las preguntas y las respuestas”.
Antes de exponer su magnífica experiencia en una reserva natural (donde construyó una de las primeras casas bio del país con la colaboración de numerosas personas) y despedirse con un efusivo saludo, Pedro no dudó en soltar otro tip que no podemos pasar por alto: “Cometan errores porque así es cómo se aprende”.
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