Opinión
Germán: la grandeza de la sencillez
En el profesor German Piedrahita Rojas convergían muchas virtudes. Empiezo por resaltar la grandeza de su sencillez y su concepción humanista. Nunca hizo alarde de sus conocimientos pictóricos, literarios, históricos y pedagógicos; pero cuando se le requería, ahí estaba con la puntualidad del rigor cronométrico y la disposición elocuente y responsable para disertar sobre la historia pictórica de Valledupar o de la Costa Caribe de Colombia.
En los concursos de cuentos del departamento tuvo diversas menciones de honor y fue premiado en varias ocasiones con el segundo puesto. En las exposiciones, recitales poéticos o musicales, presentaciones de libros y obra de teatros, conferencias, seminarios y simposios culturales era uno de los primeros en llegar.
Germán era una lámpara encendida para la cultura, la vida y la amistad. Por espacio de diez años cautivó una amplia audiencia selecta con su programa dominical “los Grandes clásicos de la música” por la emisora Radio Guatapurí.
Su columna semanal en las páginas del Pilón era una de las preferidas de los lectores. Desempeñó el cargo de director de la Casa de la Cultura de Valledupar, durante la administración de Rubén Carvajal Reveira (2008-2009). Además, fue profesor del Colegio La Sagrada Familia, de la Universidad del Atlántico en convenio con el Centro de Investigaciones Docentes del Cesar (CEID) y de la Universidad San Buenaventura, y estuvo de rector del colegio Manuela Beltrán de Valledupar.
Germán era nativo de Ibagué, pero en sus años de juventud vivió en Cali donde conoció a su esposa, Silvia Betancourt, escritora y poeta, que se autonombra “Yastao”. Desde hace 26 años, atraídos por las leyendas La Nevada y del rio Guatapurí llegaron a Valledupar. Aquí nació su única hija, Ángela.
El viernes pasado, la comunidad vallenata y representantes de los gremios de artistas, periodistas y docentes solidarios se unieron para despedir los restos de Germán Piedrahita Rojas que ya reposan en el vientre amoroso de la tierra vallenata, pero su legado de pintor, educador y pensador humanista sigue en la memoria de todos los que admiraron sus virtudes de pedagogo y artista.
JOSÉ ATUESTA MINDIOLA
Sobre el autor
José Atuesta Mindiola
El tinajero
José Atuesta Mindiola (Mariangola, Cesar). Poeta y profesor de biología. Ganó en el año 2003 el Premio Nacional Casa de Poesía Silva y es autor de libros como “Dulce arena del musengue” (1991), “Estación de los cuerpos” (1996), “Décimas Vallenatas” (2006), “La décima es como el río” (2008) y “Sonetos Vallenatos” (2011).
Su columna “El Tinajero” aborda los capítulos más variados de la actualidad y la cultura del Cesar.
0 Comentarios
Le puede interesar
La columna que nunca quise escribir
Yo de negacionista no tengo nada, pero llevo muchos días negándome a aceptar que a quien le anuncian la muerte, necesariamente debe m...
Cuerpos, amor y salvación
Es importante tener como punto de partida la siguiente reflexión; que tiene que ver con la realidad cultural y simbólica de los dif...
Las historias que mamá contaba
Mi madre, a sus más de ochenta años, tenía en su mente un cúmulo de recuerdos. Hablaba de ellos con la facilidad de quien los h...
La paz con las FARC, la guerra con el ELN
Decir que en Colombia se firmará la paz, es un eufemismo que ni en la casa de Nariño se lo creen, considerando que la guerra es otr...
Emputémonos juntos
Hace algún tiempo, agobiado por los constantes cortes de energía con que Electricaribe nos torturaba, y viendo las angustiosas qu...