Opinión

El muro del absurdo

Cicerón Flórez Moya

25/08/2016 - 07:30

 

Paso de frontera entre Colombia y Venezuela

Si bien es cierto que “no se debe llorar sobre la leche derramada”, hay  que dejar constancia de las malas decisiones con efecto generalizado provenientes de gobernantes, dirigentes o entidades de influencia pública. Como fue la determinación unilateral del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro,  de cerrar la frontera entre su país y Colombia como respuesta a problemas calientes de seguridad,   los cuales no han tenido por parte de los  dos gobiernos tratamientos adecuados a su gravedad.

La proliferación de actividades ilegales es recurrente en la zona fronteriza. Hace parte de la cotidianidad binacional. El contrabando y el narcotráfico representan una corriente de negocios de altísima rentabilidad para quienes los explotan y de esa red hacen parte bandas criminales en  alianza con servidores oficiales, políticos y empresarios articulados a la corrupción, de las dos naciones.

Ese explosivo entramado está suficientemente diagnosticado. Se sabe cómo opera y quiénes son sus actores. Sin embargo, se han buscado soluciones superficiales mediante pañitos de agua tibia, que no pasan de ser paliativos ligeros para un mal crónico que ya tocó fondo.

El presidente Nicolás Maduro reaccionó ante una coyuntura criminal con despavorida desviación. En vez de concertar con el Gobierno de Colombia acciones comunes para atacar los factores de inseguridad decidió coger el rábano por las hojas y levantó ese muro del  absurdo, que fue ponerles candado a los pasos fronterizos mediante la aplicación de medidas de ´Estado de excepción´, con ultrajes a colombianos residentes en su país, mediante deportaciones masivas. Fue ostensible la aplicación de procedimientos represivos y la violación de derechos  humanos a indefensos ´extranjeros´ acosados por una xenofobia destinada a desviar la atención sobre la controvertida gobernabilidad.

Esa tranca para impedir el libre tránsito en la zona fronteriza no ha solucionado los problemas que fueron pretexto para imponerla. Hace falta la adopción de políticas bilaterales que generen una nueva dinámica para  que sea efectiva la integración y  se promuevan  intercambios de recíproca utilidad en educación, cultura,  salud, comercio, justicia y servicios básicos, como debiera ser entre naciones que tienen una historia común y vínculos familiares de  peso en las relaciones de sus comunidades.

Si hay voluntad de solucionar los males que afectan las relaciones de Colombia y Venezuela en sus áreas fronterizas, se deben poner en marcha mecanismos de cooperación.

La nueva frontera de que se ha hablado tiene que estar alentada por actos de convivencia. El aislamiento y los cerrojos crean distancias inconvenientes y dejan sentimientos de enemistad, contrarios a la hermandad que debiera animar a dos pueblos con un camino geográfico común.

Pueda ser que el presidente Maduro cambie la arrogancia del poder por la lucidez en la comprensión de la historia, para no llorar sobre la leche derramada.

 

Cicerón Flórez Moya

@ciceronfm 

0 Comentarios


Escriba aquí su comentario Autorizo el tratamiento de mis datos según el siguiente Aviso de Privacidad.

Le puede interesar

El inquietante nacimiento de un gigante editorial

El inquietante nacimiento de un gigante editorial

El anuncio hace pocos días de la fusión entre dos colosos mundiales del sector editorial debe ser el motivo de muchas reflexiones. Mi...

El confeso feminicida de Yaya Gómez

El confeso feminicida de Yaya Gómez

  Con la noticia del asesinato de Lisney Juliana Gómez (Yaya) en Santa Marta, Magdalena, se reabren heridas históricas al pensar en...

Historia nacional de la infamia

Historia nacional de la infamia

El pasado domingo tres de Agosto pude, finalmente, cumplir una cita que llevaba aplazada varios años: una cita con varios de mis mue...

La diáspora de colombianos hacia  Venezuela: el caso de San Fernando (Magdalena)

La diáspora de colombianos hacia Venezuela: el caso de San Fernando (Magdalena)

  San Fernando es un corregimiento del municipio de Santa Ana, al sur del departamento del Magdalena, importante despensa agrícola, ...

El ego que insiste y no desiste

El ego que insiste y no desiste

“El egoísmo social es un comienzo de sepulcro”, Víctor Hugo. En los últimos meses he leído noticias que inspiran el título de...

Lo más leído

¿Qué es la oralidad?

Javier Zamudio | Patrimonio

Vida y trayectoria de Rafael Pombo

Redacción | Literatura

La Cultura y el laberinto del poder

Omar Castillo | Pensamiento

La parranda vallenata como un ritual de amistad

María Ruth Mosquera | Música y folclor

Vallenato clásico

Luis Carlos Ramirez Lascarro | Música y folclor

La parranda y el parrandero en la música vallenata

María Emilia Aponte Mantilla | Música y folclor

Síguenos

facebook twitter youtube

Enlaces recomendados