Opinión

El Vallenato entre letras y melodías

Jorge Nain Ruiz

12/10/2018 - 02:10

 

El Vallenato entre letras y melodías

 

Una de las principales virtudes que ha tenido el vallenato es la armonía existente entre la letra y la música. En sus inicios los juglares de los cantos de vaquería no le otorgaron tanta importancia a las letras y hubo cierta preponderancia de la melodía, con el tiempo este género se fue convirtiendo en un medio de comunicación con el que se llevaban noticias y se contaban historias. Cuando los compositores se percataron del papel que jugaba el vallenato entre los pueblos y las generaciones, empezaron a darle más importancia a las letras que a la música, sin descuidar esta última.

Es así como por allá entre las décadas de los cincuenta y los setenta se dieron muchos casos en los que letras de varias canciones llegaron a compartir una misma melodía e incluso se conocieron casos en los que canciones insignes de compositores muy importantes en el vallenato, compartían una misma música, y se controvirtió la verdadera autoría de la parte melódica de varias canciones. Se dio entre Rafael Escalona y Leandro Díaz; Alejo Duran y Luis Enrique Martínez, Calixto Ochoa y Alfredo Gutiérrez, entre otros.

Fue por esa época cuando se definió que en el vallenato debía prevalecer la letra sobre la música y a mi juicio esa decisión fue clave para que le compitiéramos al porro y a la cumbia que reinaban en el caribe y donde la melodía tenía más peso. Recordemos que también por aquellos tiempos los boleros, rancheras, baladas, pasillos y guabinas, dependiendo de la región, prevalecían en el gusto de los colombianos y todos estos últimos hacían un esfuerzo por competirle al merengue y a la salsa donde el ritmo y la música siempre han tendido más importancia que las letras.

El canto vallenato ganó importancia frente a la interpretación del acordeón y se pasó de un músico completo a las agrupaciones en las que se compartía el liderazgo entre el acordeonero y el cantante, es el caso de los Hermanos Zuleta, Los Hermanos López y Jorge Oñate, Los Hermanos Meriño y Silvio Brito, Colacho Mendoza y Diomedes Díaz, por solo mencionar unos cuantos.

En mi criterio resulta paradójico que el mismo cantante del vallenato haya sido quien por el afán mercantilista y arrastrado por las compañías disqueras y los empresarios, quienes obviamente hacen prevalecer la música como mercancía ante su valor cultural y tradicional, los que hayan conducido al vallenato por el camino de darle prevalencia a lo rítmico y musical frente al contenido de las letras.

Por estas épocas hemos querido competir con el reguetón y con lo que llaman música popular con ese formato, desconociendo nuestra verdadera historia y es ese el error que nos tiene al borde de perder esta batalla.

Colofón: Al conformarse la Junta Cívica del Folclor Vallenato en Valledupar, se unen esfuerzos públicos y privados en la gran causa de proteger nuestro tesoro cultural, el vallenato y nuestro festival.

 

Jorge Nain Ruiz

@jorgenainruiz

Sobre el autor

Jorge Nain Ruiz

Jorge Nain Ruiz

Vallenateando

Jorge Nain Ruíz. Abogado. Especializado en derecho Administrativo, enamorado del folclor Vallenato, cantautor del mismo. Esta columna busca acercarnos a una visión didáctica sobre la cultura, el folclore y especialmente la música vallenata. Ponemos un granito de arena para que la música más hermosa del mundo pueda ser analizada, estudiada y comprendida.

@jorgenainruiz

0 Comentarios


Escriba aquí su comentario Autorizo el tratamiento de mis datos según el siguiente Aviso de Privacidad.

Le puede interesar

Los 10 columnistas más leídos del 2016

Los 10 columnistas más leídos del 2016

El debate público se anima con los columnistas y el año 2016 se caracteriza por relevantes opiniones que nos hicieron entender cier...

Valledupar necesita de su nueva generación

Valledupar necesita de su nueva generación

A finales del mes de agosto, el Centro de Estudios Socioeconómicos y Regionales (CESORE), en cabeza de Fernando Herrera Araújo y Juan...

La victoria del trabajo

La victoria del trabajo

‹‹Cava un hoyo››, expresaba mi padre cuando me pedía que le alcanzara alguna herramienta del armario, y yo, ante la dificulta...

Alicias adoradas y olvidadas

Alicias adoradas y olvidadas

  Conocí a Juancho Polo Valencia cuando, procedente de su natal Cerro de San Antonio (Magdalena), llegó a Calamar dispuesto a alqui...

La maldición del cubano

La maldición del cubano

  En el contexto del mundo literario Latinoamericano fungieron siempre figuras rutilantes y manifestantes de la expresión oral diná...

Lo más leído

Síguenos

facebook twitter youtube

Enlaces recomendados