Opinión
La Ley de Financiamiento: crónica de una muerte anunciada para la clase baja y mediana
“Nunca hubo una muerte más anunciada”,
Gabriel García Márquez
El gobierno del presidente Iván Duque Márquez desde que se posesionó y durante el transcurso de los días de su mandato, y en especial, la Ley de Financiamiento; ha iniciado una crónica de una muerte anunciada a la clase baja y media colombiana. No es que vayan a ascender socialmente, sino que las empobrecerá a través de las injustas tributaciones. Un vaticinio de pobreza y muerte.
Las reformas tributarias no son nuevas en Colombia, y no es la primera vez que se implementan. En los últimos veinte años, con los gobiernos uribistas ––Álvaro Uribe Vélez (4 RF), Juan Manuel Santos Calderón (4 RF) y el ahora presidente Iván Duque Márquez (1 RF))––, se han implementado 9 reformas tributarias ––incluyendo la Ley de Financiamiento––. Esta última, a mi modo de ver, es llamada eufemísticamente como Ley de Financiamiento con la intención de apelar a ella en los tiempos imprevistos y circunstanciales para proteger ocasionalmente “los clústers económicos”.
A propósito de los veinte años de gobiernos uribistas, sería conveniente hacerse la siguiente pregunta: en cuanto a las reformas tributarias agenciadas por el uribismo, ¿qué le han dejado al Estado colombiano y a sus habitantes? Pues bien, no han contribuido a sacar de la crisis la economía ni mucho menos la pobreza material de los colombianos, a pesar del intento de los programas sociales: familias en acción, jóvenes en acción y el del adulto mayor. Han sido importantes, pero no esenciales. Además, algunos sectores no tributan, como por ejemplo el ganadero y bancario.
Ahora bien, la Ley de Financiamiento es un “Robín Hood a la inversa”: le quitan a los pobres para darle a los ricos. Todavía no existe claridad si la canasta básica familiar será gravable al 100%. Sin embargo, la canasta básica familiar actualmente se encuentra con un 56% de gravámenes. De hecho, con ella se pretendía recaudar una parte de los 14 billones del déficit fiscal del Estado. No está de más afirmar, que la reforma tributaria es implementada para subsanar el déficit del presupuesto general de la nación colombiana. Pero ella no puede pasar por encima de los sectores sociales más vulnerables y débiles.
Otro aspecto de la Ley de Financiamiento: son los dividendos. “Este fue abolido en el gobierno de Belisario Betancur en 1986, y 30 años después se rompió el pacto entre las elites para cobrarlo irrisoriamente en un 5 y 10%, bajo la segunda administración de Juan Manuel Santos Calderón”[1]. Esta Ley de Financiamiento retornará un nuevo pacto entre las elites y, por consiguiente, ampliarán más la brecha entre los patronos y los trabajadores. En efecto, a continuación se describe a través de un cuadro los conceptos y detalles de la forma como van a tributar los bienes y servicios para el año 2019.
Finalmente, las reformas tributarias en Colombia han sido regresivas para el Estado y, sobre todo, para los colombianos. No es progresiva frente al devenir de las crisis económicas capitalistas. Y desde los años 90, los diferentes gobiernos no han creado un muro de contención frente a la desaceleración de la industria y el atraso histórico de la productividad rural colombiana. ¿A caso los campesinos no existen en Colombia?
Jhon J. Flórez Jiménez
[1] Salomón Kalmanovitz. (28 de noviembre de 2018). Tasar los dividendos. El espectador. Recuperado de https://www.elespectador.com/opinion/tasar-los-dividendos-columna-825613
Sobre el autor
Jhon Flórez Jiménez
La columna
Abogado. Especialista en contratación estatal y derecho constitucional y administrativo. Magíster en Ciencias Políticas. Analista político y activista social.
3 Comentarios
Excelente manuscrito, lástima es muy corto para continuar deleitándose con una lectura tan agradable
Buen articulo manito que sigas aportando tu granito de arena al bienestar del pais especialmente a la clase menos favorecida.
Excelente artículo para reflexionar los 20 años de gobierno del uribismo en materia tributaria en Colombia, y además otros hechos que son alarmantes como la corrupción.
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