Opinión

Borrascas en mi memoria

Arnoldo Mestre Arzuaga

07/09/2020 - 05:00

 

Borrascas en mi memoria

La tarde se tornó oscura, un manto negro bajó de lo alto de la Sierra y fue cubriendo toda la bóveda celeste, de repente todo se iluminó por fracciones de minutos y detrás vino una fuerte explosión. Era como si se rompiera el cielo en mil pedazos para darle salida a unas gotas de agua gruesas y persistentes, un viento frío animaba la lluvia, de modo que a veces aumentaban la velocidad de sus caídas, parecía que el cielo enfurecido arrojase toda la carga hídrica que había acumulado en el fuerte verano que apenas terminaba, todo estaba en silencio, solo se escuchaba el azote de las gotas sobre el techo, cada vez que la luz nos enceguecía, de nuevo el trueno ensordecedor aparecía con su ruido infernal, afuera, los árboles se quejaban en su bambaleo movidos por el viento, las aves callaron y los perros buscaron el mejor escondite huyéndole a los trueno. Mi madre corría de un lado a otro tapando los espejos con sábanas y cuadros que tuvieran vidrios, porque según sus creencias estos atraen las descargas eléctricas surgidas en los fuertes aguaceros.

Las gotas fueron disminuyendo, ahora eran pequeñas y caían con intervalos hasta convertirse en un leve rocío.

Entonces, arrancó una banda de músicos, no sé en qué momento se reunieron, un sapo gordo hacía de saxofón, unas ranas eran los clarinetes, unos sapitos rellenaban los vacíos musicales con su glu, glu, glu, constante. Los grillos con su ruido estridente animaban la gran parada orquestal, tocaron toda la noche, hasta que el astro Rey asomó con su luz dando inicio al nuevo día.

En poco tiempo, la tierra se vistió de verde, el ambiente se perfumó con el olor de las flores, unas eran amarillas, otras moradas, en fin, los colores también se combinaron en ellas para hacer más agradable el entorno.

Aparecieron las aves exóticas vestidas con su hermoso plumaje, no sé dónde estaban en el inclemente verano, ahora se veía más relucientes y su canto era alegre, el macho se engalanaba con su cantinela hermosa y a poca distancia la hembra le respondía como si fuera una aceptación a sus pretensiones amorosas, se acercaba y con un galanteo nupcial se acoplaban para darle eternidad a su especie, otro tanto hacían las demás especies animales, con las lluvias se producían los frutos, el exuberante pasto aparecía y sus descendencias tendrían comida suficiente para ser alimentadas.

La primavera de nuevo le daba comienzo a la vida.

 

Arnoldo Mestre Arzuaga

Sobre el autor

Arnoldo Mestre Arzuaga

Arnoldo Mestre Arzuaga

La narrativa de Nondo

Arnoldo Mestre Arzuaga (Valledupar) es un abogado apasionado por la agricultura y la ganadería, pero también y sobre todo, un contador de historias que reflejan las costumbres, las tradiciones y los sucesos que muchos han olvidado y que otros ni siquiera conocieron. Ha publicado varias obras entre las que destacamos “Cuentos y Leyendas de mi valle”, “El hombre de las cachacas”, “El sastre innovador” y “Gracias a Cupertino”.

0 Comentarios


Escriba aquí su comentario Autorizo el tratamiento de mis datos según el siguiente Aviso de Privacidad.

Le puede interesar

Liderazgo administrativo y pedagógico en la educación

Liderazgo administrativo y pedagógico en la educación

En el informe final de una visita de tres inspectores del Ministerio de Educación al Instpecam en 1978, uno de ellos, dijo estas palab...

El efecto Nicolás

El efecto Nicolás

  La captura de Nicolás Petro Burgos y su exesposa Daysuris Vásquez, en la mañana del 29 de julio de 2023, por los delitos de lava...

Editorial: Muerte de un mural

Editorial: Muerte de un mural

  ¿Hay algo peor que ignorar o herir un artista en vida? Sí: borrar su obra después de muerto. La fatídica noticia de la desapa...

50 años salvando vidas

50 años salvando vidas

  El festival de la leyenda vallenata fue creado en 1967 y desde entonces se ha convertido en uno de los encuentros culturales y fo...

¡Agua para todos y todos por el agua!

¡Agua para todos y todos por el agua!

El acceso al agua potable es un derecho fundamental. No es un regalo de los gobernantes. Todos, léase bien, TODOS tenemos derecho al a...

Lo más leído

¿Qué es la oralidad?

Javier Zamudio | Patrimonio

Vida y trayectoria de Rafael Pombo

Redacción | Literatura

La Cultura y el laberinto del poder

Omar Castillo | Pensamiento

La magia de Escalona

Alberto Muñoz Peñaloza | Música y folclor

Vallenato clásico

Luis Carlos Ramirez Lascarro | Música y folclor

El Vallenato de Rafael Escalona

Darío Blanco Arboleda | Música y folclor

Síguenos

facebook twitter youtube

Enlaces recomendados