Artes escénicas

Maderos y la gran sacudida al teatro de la Costa Caribe

Samny Sarabia

16/07/2018 - 00:00

 

Maderos y la gran sacudida al teatro de la Costa Caribe

En al menos dos décadas, Valledupar no había tenido una oferta teatral tan diversa y nutrida como la que desde el pasado fin de semana ofrece el colectivo Maderos Teatro al público de la ciudad con ‘Teatro Pal Valle de Upar’. Como resultado del premio ganado en el Programa Nacional de Salas Concertadas del Ministerio de Cultura, el colectivo ofrecerá una programación permanente durante los meses de julio, agosto y septiembre, lapso en el que 16 grupos, siete locales, ocho nacionales y uno internacional, dinamizaran el arte escénico de la capital del departamento del Cesar con espectáculos de diferentes estéticas, géneros y técnicas.

‘Teatro Pal Valle de Upar’, es una propuesta alternativa con la que Madero Teatro pretende impactar de manera positiva a la población y despertar el entusiasmo en las personas dedicadas al quehacer teatral en su territorio y en el Caribe colombiano en general.  Gracias a ellos y a la Corporación Cultural Jayeechi de Riohacha, la Corporación Grupo de Teatro Arro’ con mango de Barranquilla, la Fundación Centro Cultural y Turístico Casa del Patrimonio de Taganga con sede en Santa Marta y la Corporación Artística Mario Moreno de Santo Tomás, la Costa respirará teatro durante un trimestre entero.

El logro de este premio, en el caso de la Fundación Maderos Teatro, resulta beneficioso no solo para este grupo independiente que desde marzo del 2015 decidió “darse la pela” y jugarse hasta su patrimonio familiar por un proyecto independiente que pudiera levantar un expresión artística que estaba quedando en el olvido de la población y en la añoranza de los teatreros, también es ganancia para una ciudad “tan cultural”, cuyos buenos referentes en teatro se pueden contar solo con los dedos de las manos.

Según cuenta Naudith Rodríguez Moreno, uno de esos buenos referentes que lleva casi 30 años de su existencia dedicados al teatro, a finales de los años 90, se empezó a sembrar la semilla de la cual pudo germinar el esperanzador momento que atraviesa este arte escénico hoy en Valledupar. En esa época, un grupo de muchachos coincidía todas las tardes en el atrio de la casa de la cultura e inquietos, montaban obras sencillas que luego eran presentadas en los corregimientos cercanos y en otros municipios del Cesar.

“En ese momento la Casa de la Cultura funcionaba para bien. Los muchachos de entonces, encontrábamos ahí el punto para recrearnos haciendo teatro y se nos abrían los espacios. La Casa de la Cultura era un lugar abierto para los grupos que vinieran de afuera y para los jóvenes de aquí que queríamos ensayar y presentarnos, ahí lo hacíamos. De hecho, muchos de los que hoy hacemos teatro nacimos producto de eso, de hacer cosas”, apunta Naudith Rodríguez.

Cuando la Casa de la Cultura se convirtió en Instituto de Cultura y Turismo del Cesar, ese grupo de muchachos viajó por todo el departamento con las obras que tenían montadas. En ese ir y venir fueron aprendiendo y empezaron a dictar talleres por solicitud del Instituto, más adelante les propusieron formar oficialmente un grupo de teatro que fue dirigido por el profesor Naudith. En ese momento, existían grupos teatrales en los barrios y se organizaban encuentros y festivales escolares y municipales.

Teatreros como Deiler Díaz (director de Maderos Teatro), el mismo Naudith Rodríguez, Jhon Bolívar, Boris Serrano, Roberto Acuña, Hugo Niño, Roberto Robles y de una generación más joven, Yecid Gañan, Carlos Rivero, Romel Amador, entre otros, son producto del movimiento o de la semilla sembrada en aquella época. Para ese mismo periodo, William Morón ya era reconocido ampliamente como uno de los mejores actores costumbristas del Cesar y La Guajira.

Lo que está sucediendo con Maderos actualmente no es resultado de una casualidad. Deiler Díaz, uno de esos muchachos que en los 90 se reunía en la Casa de la cultura de Valledupar para explorar el universo teatral, siguió preparándose y sobre todo, siguió haciendo teatro desde distintas instancias. Hoy es quién carga en sus hombros la dirección escénica del colectivo de teatro más querido en el Valle. Él ha tenido la fortuna de coincidir con Rafael Moreno, Marlen Clarissa Cuadros, Carolina Sofía Rodríguez, Nolberto Campo, Yonatan Yerena, Luis Martínez y otras talentosas personas que forman la familia Maderos Teatro. Una familia que se ha atrevido a mantenerse en su arte y a respetarlo. Este premio es un reconocimiento y a la vez, una invitación a los demás colectivos o grupos de teatro del departamento a sacudirse, resistir y persistir.

Sin embargo, de todo lo bueno que ha representado la apertura de la sala de Maderos Teatro para el movimiento cultural de la ciudad, no ha faltado quien –dentro del sector- se sienta invisibilizado por la labor realizada por estos hombres y mujeres. El teatro es un arte –que como todos- requiere de talento y sobre todo de mucha disciplina; si la disciplina personal y de colectivo no existe, será muy complicado que las propuestas nacientes logren salir adelante.

Respecto a ese tema, el director Deiler Díaz es enfático en afirmar que “nosotros nos ponemos felices que los compañeros de teatro de la ciudad estén trabajando. Maderos no quiere ir en contra del sector, el teatro está en el hacer, no en el decir. Uno puede decir que hizo teatro hace 30 o 20 años pero a veces uno deja de hacer teatro un mes y luego tiene problemas para vincularse con la escena. Nosotros lo que queremos es despertar en los demás teatreros de Valledupar y el Caribe, el ánimo de salir adelante aunque sea difícil”.

Hay personas que se pueden sentir opacadas pero cada quien hace su trabajo. Al departamento del Cesar le hace falta el teatro, no el afiliado a la empresa pública o privada sino el independiente que sacuda las estéticas, las formas de proponer y hasta la manera de conectar con el público; asunto complejo en lo artístico, lo personal y en el proceso de respeto, de trabajo, de entrega y de conocimiento del otro también, como lo ha empezado a hacer Maderos Teatro, un grupo de artistas que asumió el reto de administrar una sala de teatro y ofrecer alternativas culturales a la ciudad.

Por cierto, valdría la pena que la administración municipal fortaleciera la propuesta de Maderos Teatro con la tan anunciada compra de la casa donde actualmente funciona el colectivo. La ciudad tiene interés de saber cómo va el proceso de compra. Esa sería una gran inversión de los recursos del municipio disponibles de la Ley de Espectáculos Públicos (Ley 1493 del 26 de diciembre de 2011).

El premio ‘Sala Concertada 2018’

En el año 2016, Madero Teatro ganó este premio del Ministerio de Cultura pero en la categoría de ‘Espacio No Convencional’, los cuales promueven la puesta en escena en espacios adaptables a diferentes formatos, en donde el diseño de su infraestructura no plantea una clara distinción entre el lugar dispuesto para el público y el escenario como ocurre en los espacios tradicionales. El premio 2018 fue en la categoría ‘Sala pequeña’, lo que intuye un avance en la labor desarrollada durante este tiempo. Esta categoría está destinada a espacios ue tengan un aforo entre treinta y 200 sillas. Para esta modalidad resultaron ganadoras 75 salas de todo el país.

Esta es una gran oportunidad para que gestores, directores, dramaturgos, actores y público general del municipio y el departamento disfruten de un encuentro con el teatro que se está produciendo en las distintas regiones del país y establezca un dialogo con la escena colombiana. El listado de los grupos a presentarse es amplio: Fundación Gestus y Teatro Parapeto de Montería; Teatro Cenit de Santa Marta, Mi Compañía Teatro de Cuba, El Colegio del Cuerpo  de Cartagena, Libélula Dorada y Matacandelas de Medellín, Teatro LAB La Máscara de Calí, Boza de Barranquilla, Grupo Teatro del Sena, Ardepueblo, Interruptus, La Butaca, La Carreta, Fundación Trapiche, y Maderos Teatro de Valledupar.

La programación inició el 13 de julio con la obra ‘Romeo y Julieta’ de la Fundación Gestos, para el próximo fin de semana (viernes 20 y sábado 21) la fiesta del teatro sigue con el estreno del monologo ‘Cazadores del arca perdida’, obra del autor venezolano Néstor Caballero, dirigido por Naudith Rodríguez. Es la historia de Gladys, una mujer que vive en una casucha de cartón en la falda de los cerros y que se sostiene del reciclaje. Su vida empeora cuando una de las tantas avalanchas la deja sin esposo y sin sus tres hijos, situación que la lleva a vivir episodios de locura. Claudette Díaz Zuleta es la actriz que le da vida a este personaje que se mueve entre el robo, las necesidades y la decisión de empezar una y otra vez.

En esta temporada de ‘Salas concertadas’, la obra con que los actores de Maderos Teatro vuelve a las tablas es ‘Pullus’, obra que estará en cartelera después de finalizada la programación de ‘Teatro Pal Valle’. Posteriormente, la sala ofrecerá tres obras en la cuales habrá una división espacial entre los actores, los monólogos: ‘Clitemnestra o el crimen’ de Marguerite Yourcenar, con Carolina Sofía Rodríguez y ‘La ceremonia’, obra del colombiano Gilberto Martínez, que será interpretado por Marlen Clarissa Cuadros; y seguidamente, realizarán un homenaje al teatro colombiano con una obra de Jairo Aníbal Niño que lleva por título ‘La madriguera’, que será recreada por Rafael Alberto Moreno y Nolberto Carlos Campo.

 

Samny Sarabia

@SarabiaSamny

1 Comentarios


Mireya Gutiérrez 20-07-2018 12:28 PM

Muy interesante su artículo, debido a la intención de reconocer la importancia del gran trabajo cultural que ha venido realizando Maderos Teatro e nuestra ciudad, además del logro que en estos momentos se ha alcanzado con las salas concertadas. Soy una fiel admiradora de éstos, por lo tanto aplaudo y apoyo la ingeniosa labor que llevan a cabo con las artes escénicas.

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