Gastronomía
El tamal: historia y origen de un plato americano
El tamal es un alimento que fue recogido por primera vez en las crónicas ‘La historia general de las Cosas dela Nueva España’, del religioso español Berardino de Sahagún, quien describió al tamal como un envoltorio de masa de maíz consumido por los indígenas. Sahagún y otros autores hacen referencia al tamal no solo como comida de la gente común, sino de los nobles, de los sacerdotes en ceremonias especiales de ayuno.
Se estima que la palabra “tamal” viene del náhuatl “tamalli” que significa envuelto y los investigadores consideran que los primeros tamales surgieron en Mesoamérica entre el 800 y 500 a.C. Las culturas que producían y lo intercambiaban con otras culturas también llevaron consigo platos y formas de cocinar el maíz.
El tamal es un método sencillo de cocción del maíz que tuvo gran aceptación en las culturas del litoral Caribe. De eso se encontraron referencias pictóricas en el mural de San Bartolo en Petén (Guatemala). Sin embargo, no se sabe a ciencia cierta si la difusión del tamal se hizo de norte a sur o del sur hacia el norte.
La evidencia arqueológica muestra al tamal como parte de la vida cotidiana de algunas culturas de México en la época prehispánica, además de usarse en rituales religiosos, en ofrendas y tumbas. En la era precolombina, los mexicas comían tamales con estos ingredientes: pavo, flamenco, rana, ajolote, tuza, conejo, pescado, huevos de pavo, miel, frutas, calabaza y frijoles, así como sin relleno.
En la actualidad, este delicioso platillo preparado con masa de maíz cocida y envuelta en hojas de distintas plantas (plátano, maíz, maguey, entre otras) se encuentra en diversos países del Caribe y de Sudamérica (como Chile, Perú, Guatemala, Honduras, Argentina, Bolivia, México y Colombia) que se disputan su autoría.
En Colombia, el tamal tolimense es el que cuenta con mayor reconocimiento. En el municipio de Coyaima se producen las hojas que envuelven al tamalito. La hoja es fundamental para la preparación, debido a que esta le proporciona sabor, conserva los olores y evita que el contenido se pierda. La hoja de plátano cachaco es la hoja ideal para envolver el popular amasijo de arroz, arvejas, zanahoria, carne de res, carne de cerdo, pollo y gallina.
Para los fines de semana, para los bautizos, los matrimonios, los guayabos, los desvares y hasta para los velorios, el tamal siempre ha sido una opción para alimentar a las y los colombianos. Se estima que diariamente tan solo en el centro del país se cocinan cerca de siete millones de tamales.
PanoramaCultural.com.co
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