Música y folclor
Morfhy y el reto de la música urbana en el Cesar
¿Existe algo más difícil que vender arena en un desierto? Puede que sí: hacerse un hueco en las tierras vallenatas con la música urbana.
En una región donde el vallenato es casi una religión, donde el acordeón suena en cada esquina y en cada emisora, donde el Festival vallenato puede considerarse un peregrinaje anual, abrazar los ritmos como el reggaetón o el rap (y ser reconocido por ello) no es una tarea fácil.
Quien mejor lo sabe es Morfhy. Un cantante de la Guajira residente en Valledupar que, detrás de sus anteojos oscuros y su cadena gruesa al estilo americano, esconde una real maquina de bailar.
Este instructor de baile lleva más de quince años inmerso en el mundo de la música urbana, haciendo malabarismos con las palabras y animando fiestas y espectáculos con su música festiva.
“Más que reggaetón, lo mío es la fusión”, aclara Morfhy de entrada y, en efecto, debemos empezar describiendo su música para evitar confusiones. Con un fondo de merengue o ragga alegre, el cantante empieza a crear una melodía repetitiva y animada que contagia los pies y las caderas. Se trata de una combinación variada de influencias afrocaribeñas que ponen el cuerpo a bailar inevitablemente.
En el set de Vallenato Fans, y ante un Coco Ramos entusiasmado, Morfhy no pudo contenerse en su silla. A la mínima posibilidad agarró el micrófono para demostrar que, además de tener mucho “flow”, sabe seguir el compás de sus propias melodías.
Un, dos, tres. Morfhy se instala primero con el ritmo de la salsa. Luego, repite la cadencia con la disciplina de un profesor de baile, y, cuando ya nos tiene acostumbrados, nos impresiona de repente con unos contoneos frenéticos y unos movimientos elásticos que no dejan a nadie indiferente.
El tema más conocido de Morfhy es “Cha cun cha”. Una música que contiene un “ritmo sabroso pa´goza´”. Así dice la letra con un toque bien caribeño y lo repite para que el bailador lo tenga muy claro. Siempre es bueno que el discurso sea bien entendido.
En lo que se refiere a los estilos musicales, Morfhy sabe que su música puede tener detractores, pero eso no lo limita. “La música urbana es un estilo que gusta a algunos y que disgusta a otros –expresa–. Lo importante es creer en lo que uno hace y siempre echar pa´ lante”.
Para ganarse el público, Morfhy es un experto. Con su tema “el martillo”, el hombre demuestra que el tono rocoso de su voz puede hipnotizar a cualquier audiencia, incluso la más exigente.
Así pues, se deja llevar por la cadencia del “tempo”. Está tan metido en lo suyo que llega incluso a retar un hombre del público a bailar en el escenario. Pasado el momento de la acción, Morfhy vuelve a sentarse y admite que no es tan fácil hacerse un espacio en el mercado vallenato con la música urbana.
Lo cierto es que Morfhy es un gran animador y que, para bailar con las mujeres del público, no hay mejor que él.
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Me ha encantado este artículo, lo compartiré por mis redes sociales, me parece bastante curioso e interesante.
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