Ocio y sociedad

Un insólito trabajo: jardinero de cementerio

Herlency Gutiérrez

14/10/2014 - 04:15

 

Un insólito trabajo: jardinero de cementerio

Al conocerlos comprendí que para muchos las tumbas -más allá de conservar restos- son espejos de recuerdos, espejos que reflejan cuanto se ama a los ausentes.

José Luís, Martín y Eduardo son los encargados de mantener con vida los nombres de quienes un día lo estuvieron, nombres plasmados en lápidas que sin importar la suerte que entre los mortales tuvieron son constantes huéspedes de los recuerdos.

“Hay algunos que se olvidan de sus seres queridos. Aquí hay muchas tumbas que están abandonadas, incluso hay algunas que ya ni se notan; familiares vienen y no las encuentran, no saben dónde están enterrados sus muertos”, coinciden en decir los hermanos Rivas encargados de embellecer las sepulturas.

Sus edades son 35, 26 y 24 años, a las ocho de la mañana ya están en el cementerio Jardines del Eccehomo de Valledupar cambiando flores, regando el pasto, limpiando o reparando lápidas, y, sin intención, escuchando clamores, llantos y hasta reclamos. Regularmente permanecen allí hasta la una de la tarde.

A pesar de convivir entre muertos afirman que no piensan en la muerte. Para ellos, solo una sentencia es válida y es la siguiente: “a los muertos no se les debe tener miedo, miedo hay que tenerle a los vivos”.

Cada 30 días reciben el pago por el mantenimiento o trabajo de limpieza realizado a las bóvedas. “En promedio cobramos 15 mil pesos”, dijeron y agregaron que para hacerse un buen salario deben limpiar al menos 35. El arreglo económico lo hacen directamente con el familiar y, según el acuerdo, van hasta donde les indiquen a cobrar.

Para ellos el lugar donde laboran no es desconocido. “Desde pequeños mi papá siempre nos ha traído acá”, indicaron. Don Nicolás Rivas tiene 62 años y es el jardinero del cementerio. A él lo encontré con unas tijeras enormes ‘motilando el césped’ de una tumba. “Mi trabajo es motilar”, me dijo el padre de estos tres muchachos.

“Mi idea no era que ellos continuaran con lo que yo hago, pero la suerte es así. El dicho viejo dice que los hijos aprenden lo que el papá labora, lo que el papá hace”, fue su respuesta resignada al indagarle qué pensaba sobre el hecho de que sus hijos realizaran el mismo oficio.

Don Nicolás Rivas es de Santa Ana, Magdalena, tiene 13 hijos: ocho hombres y cinco mujeres. “En la época que empecé no había televisión”, dijo sonreído. Desde hace 17 años, y después de andar de finca en finca y de monte en monte como él mismo dice, llegó a Valledupar y su trabajo ha sido cuidar jardines entre ellos de cementerios.

Con José Luis, Martín, Eduardo y su padre Nicolás entendí que a pesar de que en las sepulturas reposan los ausentes los recuerdos no conocen los cementerios.

 

Herlency Gutiérrez

@HerlencyG 

0 Comentarios


Escriba aquí su comentario Autorizo el tratamiento de mis datos según el siguiente Aviso de Privacidad.

Le puede interesar

La cara alegre de la diáspora

La cara alegre de la diáspora

  Es martes 4 de marzo del 2020. Para verificar la hora de aquel día le echo un vistazo a mi móvil, el cual me indica que son las 5...

“Mi papá me amaba más de la cuenta”: hijo de Martín Elías

“Mi papá me amaba más de la cuenta”: hijo de Martín Elías

  Desde el pasado 14 de abril el nombre de Martín Elías Díaz Acosta encierra la noticia más triste del folclor vallenato. Su mu...

El palo de mango de la plaza Alfonso López llegó a sus 84 años

El palo de mango de la plaza Alfonso López llegó a sus 84 años

  En la canción ‘Ausencia sentimental’ el compositor guajiro Rafael Manjarréz Mendoza, lleno de la más absoluta nostalgia por ...

Búsqueda, información y estrategia: claves para las apuestas deportivas

Búsqueda, información y estrategia: claves para las apuestas deportivas

  La información puede llegar a ser la clave para generar más probabilidades de juego en las apuestas deportivas. Mercados como los...

Rafael Carrillo Lúquez, el gran filósofo cesarense

Rafael Carrillo Lúquez, el gran filósofo cesarense

“Es tal vez el más alto paradigma que tenemos”. En estos términos recordó el arquitecto Rubén Darío Carrillo a Rafael Carrillo...

Lo más leído

¿Qué es la oralidad?

Javier Zamudio | Patrimonio

Vida y trayectoria de Rafael Pombo

Redacción | Literatura

La Cultura y el laberinto del poder

Omar Castillo | Pensamiento

La parranda vallenata como un ritual de amistad

María Ruth Mosquera | Música y folclor

Vallenato clásico

Luis Carlos Ramirez Lascarro | Música y folclor

La Parranda vallenata

Carolina Rosa Guerra Ariza | Patrimonio

Síguenos

facebook twitter youtube

Enlaces recomendados