Ocio y sociedad
El resplandor recobrado de la Biblioteca departamental del Cesar
En este mes de diciembre, los biblio-talleres y los vacacionales estuvieron funcionando a pleno rendimiento en la Biblioteca departamental del Cesar. La pintura, el teatro, las manualidades y la lectura han atraído a centenares de jóvenes que dedican unas horas en las mañanas o tardes a sus actividades favoritas y, de paso, se hacen nuevas amistades.
La directora de la biblioteca departamental, Yasmin Rocío García Meneses, se muestra muy satisfecha. A principios de año, la corporación seguía envuelta en las duras restricciones impuestas por la pandemia, el distanciamiento social y el trabajo online, y ahora, la biblioteca vuelve a ser un lugar inevitable para la educación y la cultura.
“Fue una época muy complicada, pero supimos sacar provecho de ello”, explica Yasmín García. Con esos tiempos de cuarentena, hubo que establecer nuevos procedimientos, reinventarse y aprender a integrar las herramientas informáticas. Muchas actividades se detuvieron y las instalaciones quedaron mucho tiempo sin uso –¡demasiado!–, pero el mundo digital facilitó nuevas dinámicas, nuevos encuentros y otras formas de llegar a las comunidades. Así es como se crearon talleres y charlas online que alcanzaron esferas más lejanas. Se rompió el concepto de territorio y la biblioteca logró poner un pie, por ejemplo, en los departamentos vecinos, donde algunos niños se interesaron por conocer la biblioteca departamental del Cesar y, más adelante, vinieron a visitarla.
Luego, cuando hubo que reconstruir la tan anhelada “normalidad”, Yasmin Rocío salió con su equipo a visitar todos los pueblos y ciudades del departamento del Cesar. De hecho, la directora ha dedicado una gran parte de su agenda anual a recorrer el departamento para llevar libros y restablecer una significativa presencia educativa. Entre las visitas que más le han impactado, está la de Becerril, donde se produjo un acto cultural con las comunidades indígenas. La lectura de los textos se hizo en dos idiomas, castellano y lengua indígena, permitiendo así romper muros y llamar la atención entorno a los libros.
Pero eso no es todo, también se ha realizado un gran esfuerzo para invitar los alumnos a visitar la biblioteca y fortalecer las actividades internas. Las exposiciones artísticas han retomado su curso con la presentación de artistas cesarenses como Remo o incluso un colectivo de mujeres artistas del Cesar.
Para el año que viene, Jazmín Rocío quiere enfocarse nuevamente en la ciudad de Valledupar y sus comunas, trabajar para que los préstamos de libros aumenten y que, en corregimiento como el de Atánquez, los libros y la educación sirvan para neutralizar algunos problemas de drogadicción que han encendido las alarmas de la comunidad.
También piensa poner en marcha una serie de conciertos y un nuevo servicio: el de “lectores a domicilio”, una idea tan original como ingeniosa, ya que se trata de prestar un servicio a quienes tienen dificultades visuales o simplemente requieren de asistencia para leer.
Con todo esto, es innegable que la Biblioteca departamental del Cesar ha vuelto a brillar en su entorno. Vuelve a ser un polo de atracción para los más jóvenes y una luz de esperanza para la Cultura. El 2023 nos brindará nuevas oportunidades y escenarios para restablecer el contacto con la comunidad.
PanoramaCultural.com.co
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