Opinión

Un caso preocupante de insuficiencia académica

José Atuesta Mindiola

19/07/2017 - 06:35

 

 

La profesional de apoyo de los cursos preuniversitarios de la Universidad Popular del Cesar, Leslie Durán, el viernes anterior en una entrevista por el noticiero de Radio Guatapurí, daba cuenta que en el primer semestre de 2017, ingresaron 940 bachilleres a estos cursos y sólo 150 alcanzaron el promedio de aprobación que era de 3.80. La Universidad tenía establecido aceptar 450 estudiantes; es decir que 300 cupos quedaron vacantes

La mayoría de estos bachilleres son del departamento del Cesar, y es una situación crítica que amerita un análisis de las autoridades educativas y los colegios. Los expertos en psicopedagogía afirman que la calidad de la educación es un proceso complejo con muchos factores de gran incidencia:  el nivel socioeconómico de los padres, la infraestructura educativa, la calidad docente, el liderazgo pedagógico de los directivos, la suficiencia de recursos, la cantidad de horas de clases y la exigencia académica al estudiante para su promoción.

La exigencia académica es muy flexible en la mayoría de los colegios oficiales de Valledupar y el Departamento. Los rectores se escudan en el Simat, Sistema Integrado de Matrícula, que exige que los porcentajes de repitencia y deserción se reduzcan a las mínimas proporciones, sin importar que haya estudiante con escaso sentido de responsabilidad y bajo rendimiento académico, porque sus padres en casa les brindan pocas orientaciones para el cumplimiento de sus deberes con el estudio y el manual de convivencia. Al final, estudiantes con varias asignaturas aplazadas son matriculados en el siguiente grado, así siguen con deficiencias y se gradúan de bachilleres.

Una respuesta clave de lo que es la responsabilidad y el apoyo de los padres nos la dio Jorge Alberto Guerra España, bachiller del Loperena, 2016, y el mejor en las pruebas Saber de Valledupar, dijo en una entrevista publicada en El Pilón (12-11-2016): “sacrifiqué mi tiempo libre y los ratos para jugar fútbol. Me iba de 2:00 a 5:00 de la tarde a la Biblioteca del Banco de la República, en ese tiempo trabajé con base a las pruebas del año anterior, analizaba el tipo de preguntas, las estrategias que podía seguir y cómo resolver problemas para afrontar las pruebas. Y agregó, lo que he logrado hasta ahora en la parte académica ha sido por el esfuerzo de mis padres y el sueño que tengo de convertirme en un ingeniero industrial”

Otros de los trances académicos de los bachilleres en los cursos preuniversitarios son los pocos hábitos de lectura y escritura, como estamos en la era de la informática los estudiantes ya no quieren escribir, pretenden explicar las clases leyendo en sus aparatos electrónicos. Según la psicóloga Pam Muller, en un estudio realizado en la Universidad de Princeton (Estados Unidos), “después de comparar los apuntes y la capacidad de recordar de un grupo de estudiantes; los que tenían computadores para registrar la información, los resultados mostraron que tomaban más notas, pero no entendían los conceptos. Mientras que los que tomaban apuntes a mano tenían mejor comprensión porque pensaban en el concepto que le estaban presentando y seleccionaban lo más importante. El hecho de escribir a mano demanda más tiempo, influye en cómo el cerebro presta más atención a lo que escucha, porque se tiene mayor procesamiento de la información relevante y les permite estudiar ese contenido de manera eficiente”.

Para fortalecer la lectura es urgente implementar estrategias, tales como: visitas guiadas a las bibliotecas, asistencia a conferencias, y revivir los centros literarios con los concursos de cuentos, poesías, ensayos y de oratoria.    

 

José Atuesta Mindiola

 

Sobre el autor

José Atuesta Mindiola

José Atuesta Mindiola

El tinajero

José Atuesta Mindiola (Mariangola, Cesar). Poeta y profesor de biología. Ganó en el año 2003 el Premio Nacional Casa de Poesía Silva y es autor de libros como “Dulce arena del musengue” (1991), “Estación de los cuerpos” (1996), “Décimas Vallenatas” (2006), “La décima es como el río” (2008) y “Sonetos Vallenatos” (2011).

Su columna “El Tinajero” aborda los capítulos más variados de la actualidad y la cultura del Cesar.

0 Comentarios


Escriba aquí su comentario Autorizo el tratamiento de mis datos según el siguiente Aviso de Privacidad.

Le puede interesar

Silvestre Dangond, un artista que aún no dimensionamos

Silvestre Dangond, un artista que aún no dimensionamos

  Ladran, señal de que cabalgamos, frase bastante conocida y adjudicada equivocadamente al Quijote, cae como anillo al dedo con lo...

La mochila

La mochila

No voy a referirme a la bolsa de lona u otro material que se carga a la espalda, como lo describe la Real Academia de la lengua españo...

¿Perspectivas del movimiento por la universidad publica en Colombia?

¿Perspectivas del movimiento por la universidad publica en Colombia?

Una proporción importante de la sociedad colombiana quiere una Universidad Pública autónoma, financiada y de calidad y a la cual ten...

Editorial: Los artistas invitan, los políticos se expresan

Editorial: Los artistas invitan, los políticos se expresan

El periodo que precede las elecciones tiene como característica la necesidad de entablar un diálogo. Los candidatos, impelidos por ...

Wilber Mendoza sí merecía ser el Rey

Wilber Mendoza sí merecía ser el Rey

No creo que sea un mejor intérprete del acordeón vallenato aquel que lo digita más rápido, ni el que nunca pisa un pito equivocado,...

Lo más leído

¿Qué es la oralidad?

Javier Zamudio | Patrimonio

Vida y trayectoria de Rafael Pombo

Redacción | Literatura

La Cultura y el laberinto del poder

Omar Castillo | Pensamiento

La parranda vallenata como un ritual de amistad

María Ruth Mosquera | Música y folclor

Vallenato clásico

Luis Carlos Ramirez Lascarro | Música y folclor

La Parranda vallenata

Carolina Rosa Guerra Ariza | Patrimonio

Síguenos

facebook twitter youtube

Enlaces recomendados