Opinión

Florentino

Arnoldo Mestre Arzuaga

16/07/2019 - 05:50

 

Florentino

 

Llegó a Sagarriga De La Candelaria en el primer lustro de los años 30 procedente de San Juan del Cesar. Para entonces era un joven apuesto apetecido por cualquier jovencita soltera del lugar, pero él se decidió por la viuda rica del pueblo, madre de un hijo de apenas 8 años.

Los amores fueron cortos. Le manifestó su deseo de casarse a sus padres y la boda se hizo sin escatimar gastos. Llegaron invitados de todas partes. Ese día, las hamacas se agotaron en el pueblo y en los pueblos vecinos. El rancho de 12 por 12 metros que su suegro mandó a construir no fue suficiente para acomodar todas las hamacas, así que decidieron alojar personas en casas vecinas, en la inspección de policía y en la escuelita. Todo se llenó de hamacas colgadas para esperar a los invitados después de media noche cuando la música de viento tocara la última tanda.

Ese día, el cantante de la orquesta improvisó una canción y la montó en el pentagrama. El novio, a pesar de su juvenil figura, tenía una calva prematura en forma de corona franciscana por eso el cantante en su composición resaltó aquel detalle: “Ay, ninguno mandó a Leticia/ Que se casara con Manjarrez / Ay la corona de Manjarrez, ay la coronaaa…

De este matrimonio se habló por muchos años y solamente pudo superarlo otro similar 50 años después, cuando un guajiro se casó con una damita del pueblo y trajo como invitados a media población de su natal Barrancas.

Muy pronto, Florentino comenzó a manejar el inmenso capital de su esposa dónde demostró su poca experiencia. Éste se fue agotando por la falta de innovaciones y poca asistencia tecnológica.
Indiscutiblemente, Florentino fue un hombre muy singular, su tema principal era hablar de su hombría y bravura para enfrentar cualquier situación. En una ocasión, cuando caminaba rumbo a su finca, tropezó con un tronco y rodó al suelo, inmediatamente se incorporó con pistola en mano, le disparó en repetidas ocasiones mientras le hablaba: “H.P. Ojalá fueras un hombre para que te mataras conmigo”. 

Cierto día, a su casa llegó un saco lleno de carne salada procedente de El Paso, pero sin ninguna especificación de quien la enviaba, y, como su esposa tenia familiares en ese lugar, se imaginó que podría ser algunos de ellos. De modo que comieron de esa carne por muchos días. Tres meses después recibió una carta de su amigo Euclides Córdoba donde le decía: “compadre, espero que la carne de tigre que le envié le haya servido para curar su malestar. Debe molerla y comer pequeñas porciones revueltas con sus alimentos para que no se note”. Apenas terminó de leer la carta se fue en vómito y diarrea y duró así por muchos días...

 

Arnoldo Mestre Arzuaga
Nondomestre@Hotmail.com

Sobre el autor

Arnoldo Mestre Arzuaga

Arnoldo Mestre Arzuaga

La narrativa de Nondo

Arnoldo Mestre Arzuaga (Valledupar) es un abogado apasionado por la agricultura y la ganadería, pero también y sobre todo, un contador de historias que reflejan las costumbres, las tradiciones y los sucesos que muchos han olvidado y que otros ni siquiera conocieron. Ha publicado varias obras entre las que destacamos “Cuentos y Leyendas de mi valle”, “El hombre de las cachacas”, “El sastre innovador” y “Gracias a Cupertino”.

0 Comentarios


Escriba aquí su comentario Autorizo el tratamiento de mis datos según el siguiente Aviso de Privacidad.

Le puede interesar

De la educación y la cultura

De la educación y la cultura

La delincuencia común y el vandalismo son consecuencia directa de una educación precaria y un grado de cultura considerablemente ba...

De la carbonera al mana

De la carbonera al mana

En nuestro querido Valle de los sesenta, abriéndose paso la nueva ventana de la civilización, inició y se consolidó un emprendimien...

Editorial: Si tu amigo periodista te plagia…

Editorial: Si tu amigo periodista te plagia…

A lo largo de los casi 5 años de actividad de este periódico cultural, varios periodistas de la casa editorial, todos ejemplos de ...

Quien siembra, recoge

Quien siembra, recoge

  Poncho Zuleta incluyó una de sus primeras obras musicales en el segundo trabajo discográfico con su hermano Emilianito. Estudiant...

Mil y una maneras de matar la Cultura

Mil y una maneras de matar la Cultura

Se dijo que había festival, se dijo que ese festival era para mantener viva la tradición y la cultura del pueblo, se dijo que ésta...

Lo más leído

Síguenos

facebook twitter youtube

Enlaces recomendados