Opinión

Llorando mi ausencia sentimental

Armando López Sierra

05/05/2020 - 05:45

 

Llorando mi ausencia sentimental

Allí estaba yo, con la manguera en mi mano, regando el jardín que mi mamá tiene en el patio de su casa cuando entra un mensaje a mi celular; era un recordatorio que me enviaba un amigo, a quien le había pedido que me escribiera a eso de las 7:30 pm. Junto con aquel mensaje me hacía llegar un enlace a Youtube de un nuevo vídeo: la canción “Ausencia Sentimental” cantada a 9 voces.

Ya había visto algo de publicidad en redes sociales, pero en aquel momento había hecho caso omiso de aquel anuncio. Esta vez me dejé llevar por la curiosidad y di clic en el enlace para dejar rodar el vídeo.

Suena una entrada monumental en guitarra que ya comenzaba a hacerme evocar, me atrapa aquel hermoso canto que entonaba Peter con ese dejo sentimental. Entran las notas de un joven acordeonero, a quien no distinguía; no lograba identificarlo en la pantalla de mi teléfono, solo como a mitad del vídeo logré ver al fondo un cuadro con una corona que decía Orangel Maestre Socarrás. Allí entendí que no era ningún joven, sino un Señor ‘acordeoneraso’ rejuvenecido.

Voz tras voz arrugaban mi corazón, sincronizando mis ojos con aquellas hermosas entonaciones. No había terminado de cantar Elder Dayan el verso “el gusto de mi mamá”, cuando una palpitación irregular y mis ojos querían hacerme creer que aquellas gotas que bajaban por mi rostro, eran del sudor de las altas temperaturas que a esa hora perturbaban al Valle.

Un vacío se apoderaba de mí, no lograba parar de llorar. Tal vez se asemejaba a la misma ausencia sentimental que inspiró al maestro Rafael Manjarrez o quizás mis sentimientos iban más allá de evocar un simple festival vallenato, no lo sé. Eran muchos sentimientos encontrados; por un lado, todo lo que representa esta fecha para los que vivimos en Valledupar, para los que amamos al festival; por otro lado, el dejar de compartir con personas que queremos y a quienes muchas veces vemos de año en año; quizás el sufrimiento por el encierro en que estamos viviendo o lo que estaba tomando más fuerza en mí en ese momento, el estar separado de mi madre, porque la cuarentena la había agarrado en los Estados Unidos. A lo mejor simplemente reflejaba la impotencia por querer ayudar en algo y no lograr hacer mucho. Lo único cierto es que fueron muchos sentimientos encontrados revoloteando en mí.

Qué triste es esta situación. Hace un año parrandeábamos de lo lindo y hoy estamos aquí encerrados, con ganas de volver a brindar, como dice la versión vallenata que acaba de grabar Jean K Ortiz, de la canción “Volveremos a brindar” de Lucía Gil, que, hoy por hoy, nos ha servido de consuelo en esta cuarentena.

Uno se las quiere tirar de muy hombrecito, pero la verdad es que a veces es bueno llorar; eso alivia el alma y en estos momentos de encierro, en que todos vivimos nuestra ausencia sentimental; lo reconozcamos o no, una buena terapia es desahogarse como lo estoy haciendo yo aquí para que el sentimiento no se me atragante y me termine desahuciando por no ser capaz de expresar aquello que me carcome por dentro.  

 

Armando Javier López Sierra

@arjalosie

Sobre el autor

Armando López Sierra

Armando López Sierra

Corazón guajiro

Nacido en Maicao (Guajira), el 30 de Octubre de 1979. Ingeniero de Sistemas, escritor, compositor, conferencista, investigador, docente, un enamorado de la vida, defensor de las buenas obras, auspiciado por Dios. Cofundador del grupo cultural Raul Gomez Jattin de la Universidad Popular del Cesar. Finalista en la primera versión del concurso de cuento corto “En el Cesar todos estamos en el cuento”. Ganador del Primer Premio de Crónica Ciudad de Valledupar 2012, categoría B. En su columna “Corazón Guajiro” busca dar un aporte desde sus experiencias, sus creaciones, sus reflexiones y su entender sobre la cotidianidad de la vida y todo lo que a su alrededor puede tejerse y acontecer.

@arjalosie

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