Opinión

Un Quijote llamado Pedro Claver

Henry Vergara Sagbini

18/03/2021 - 05:05

 

Un Quijote llamado Pedro Claver
Monumento a San Pedro Claver en Cartagena de Indias / Foto: Señal Colombia

 

En Cartagena de Indias, durante 40 años, Pedro Claver enfrentó crueles y desiguales batallas contra la esclavitud, razones de sobra para su exaltación, en 1985, como paradigma de los Derechos Humanos en una ciudad y en un país signados por aplastante inequidad.

El patio de la iglesia, erguida en su memoria, aún conserva el pozo artesiano del cual el ‘Esclavo de los esclavos’ extraía agua fresca que, mezclada con vinagre blanco, que era utilizada para limpiar las llagas de los africanos. En los muros de ese lugar quedaron grabados sus gemidos, mientras el aprendiz de Santo los consolaba y santiguaba rezando el Padre Nuestro.

Pedro Claver (Verdú, junio 24 de 1580), hijo de humildes labradores, fue acogido en la Compañía de Jesús y, bajo la tutoría de Alonso Rodríguez decidió seguir los pasos del ‘Buen Samaritano’ en unas tierras recién nacidas para los españoles.

Desde su arribo a Cartagena de Indias (el 3 de junio 1610) y hasta su muerte septiembre 9 de 1654) dedicó todas sus fuerzas en bautizar y proteger a indígenas despojados y a los africanos bozales.

En ese entonces, la ciudad ostentaba el título de ‘Centro de Acopio’ en la compra-venta de esclavos: “¿Quién da más?”, surtiendo de mano de obra gratuita al continente americano.

El 50% de los capturados en sus aldeas murieron durante la penosa y larga travesía, otros llegaban muy enfermos, desechados en las goteras de la ciudad, o entregados al jesuita, quien conformó pequeña tropa de rescate humanitario sin importar las burlas cínicas de aquellos que consideraban inútil su apostolado, pues la propia Iglesia Católica, Apostólica y Romana certificaba que los negros africanos eran animales y no poseían alma.

Pronto el patio, los zaguanes de su iglesita se colmaron de esclavos agonizantes y pestilentes que alejaron las limosnas y multiplicaron los rumores, asegurando que el incansable jesuita estaba perdiendo la cordura. Pocos comprendieron al diminuto sacerdote, corto de palabras, austero y generoso, capaz de cubrir con su propio manto a los enfermos desnudos: “No con la lengua, ¡hablemos con las manos!”.

¡Cuánta falta hace Pedro Claver y su inagotable espíritu solidario, sin perendengues ni laberintos! Agobiado por las barreras de espinas venenosas negando atención digna y oportuna a los enfermos, me asalta el espíritu soñador del ‘Caballero de la triste figura’, imaginando cual distinta sería la Ley 100 de 1993 redactada y controlada por Pedro Claver, y no por los pitones incandescentes del torete neoliberal. “Cambiar el mundo, amigo Sancho, que no es locura ni utopía, si no ¡Justicia!”.

 

Henry Vergara Sagbini

Sobre el autor

Henry Vergara Sagbini

Henry Vergara Sagbini

Rocinante de papel

Profesor y médico. La columna “Rocinante de papel” es una mirada entrañable a la historia y geografía del Caribe, y en especial de Cartagena (ciudad donde reside el autor).

0 Comentarios


Escriba aquí su comentario Autorizo el tratamiento de mis datos según el siguiente Aviso de Privacidad.

Le puede interesar

Almas en libertad

Almas en libertad

  “Cuando le pregunté a Isabella (La hija): “Cuál de todas estas obras se parece más a Yarime (La Madre)?” Ella dijo sin d...

Kunda La Vagina y su merecido retorno a Instagram

Kunda La Vagina y su merecido retorno a Instagram

  Kunda La Vagina es la empresa de Indira Rodríguez, una mujer con capacidades creativas poderosas y un acuerdo existencial de aport...

El gran olvidado

El gran olvidado

Valledupar es una ciudad exótica que conjuga ecología y naturaleza, modernidad, historia y etnicidad, cultura y folclor. Esta riqueza...

El regreso de Silvestre

El regreso de Silvestre

  A Silvestre Dangond Corrales le llovieron críticas y muchísimos insultos cuando tomó la decisión de abandonar el vallenato e ...

Espejos para no pisar la mierda

Espejos para no pisar la mierda

  Hay historias que se te revelan justo en tu propia cara como queriéndote mostrar el futuro, revelándote tu propio destino. Por ej...

Lo más leído

Síguenos

facebook twitter youtube

Enlaces recomendados