Opinión
El día que repicaron las campanas a todo timbal
La historia hay que contarla como fueron los hechos, no podemos cocer documentos caseros, envejecerlos y después presentarlos como reales. La mentira tarde o temprano sale a la luz pública. Desde que la Academia de la historia hizo público el acceso a sus documentos, se han descubierto muchas falacias y algunos héroes de papel han quedado en entre dichos.
No quiero acusar a nadie, ni mucho menos mencionar nombres, solo contar la historia como es, sin el ánimo de ganar prebendas, como tampoco presumir de ancestros que contribuyeron con la independencia de nuestra región. Los documentos están ahí en la academia de la historia, y son de público acceso para quien los quiera comprobar.
Hace mucho tiempo, cuando en Bogotá se dio el grito de independencia, en un acto planeado y calculado por unos granadinos inconformes con el mal gobierno, aquí en Valledupar meses después, cuando algún viajero bajó por el río grande, llegó a algún puerto, y después navegó el río Cesar aguas arriba, trayendo la noticia del gran acontecimiento nacional, es posible que, al mismo tiempo, España se enterara de lo que estaba pasando en sus colonias, y Don Pablo Morillo se preparaba para su 'pacificación'.
Lo cierto fue que ese día, el reverendo padre José Valentín Mestre González, no dejó de repicar las campanas de su iglesia, hasta atraer con su ruido victorioso a todos los habitantes del viejo Valle de upar. En la plaza principal, se reunieron gritando arengas a la independencia, ese día hubo oradores espontáneos y temblaron los realistas que hacían parte del gobierno regional.
El padre Valentín Mestre Gonzales, él sí existió. Ahí en la academia está su partida de bautismo y su acta de defunción, como también su partida de matrimonio y la fe de bautismo de todos sus hijos, y de su nieto, el hombre más importante que ha parido esta tierra, el general de academia Vicente Sebastián Mestre Socarraz.
La historia hay que contarla bien, las nuevas y venideras generaciones deben ser informadas con la realidad, los héroes de papel se caen solo con un repaso bien fundamentado de la historia.
Arnoldo Orlando Mestre Arzuaga
Sobre el autor
Arnoldo Mestre Arzuaga
La narrativa de Nondo
Arnoldo Mestre Arzuaga (Valledupar) es un abogado apasionado por la agricultura y la ganadería, pero también y sobre todo, un contador de historias que reflejan las costumbres, las tradiciones y los sucesos que muchos han olvidado y que otros ni siquiera conocieron. Ha publicado varias obras entre las que destacamos “Cuentos y Leyendas de mi valle”, “El hombre de las cachacas”, “El sastre innovador” y “Gracias a Cupertino”.
0 Comentarios
Le puede interesar
¿Qué hacen hoy glorias del Vallenato como Emilio Oviedo, El Comandante?
Durante los meses de abril y mayo escribimos una serie de columnas como un homenaje en vida a aquellas glorias del vallenato, de qu...
El palo de cotoprix
Inicio esta breve exposición presentando mis sentidas disculpas a los puristas y defensores de la mejor expresión del lenguaje, por l...
Zamira o un elogio a la honestidad
Entré en completo silencio, con el acelere que inspira el tiempo incumplido, los ojos todavía divagando por mis reflexiones mat...
Que la brújula vuelva al norte
El pueblo colombiano anda sin norte. Por alguna razón, la aguja de la brújula ha saltado de su eje y caprichosa se sitúa en cu...
El balance del festival vallenato 2020
Ya es costumbre en este espacio compartir con ustedes un balance al terminarse cada edición del Festival de la Leyenda Vallenata, y es...