Opinión

Editorial: Hacia un Valledupar más musical

Redacción

26/11/2012 - 11:42

 

Orquesta sinfónica de ValleduparLa música es un aliciente para la vida. Donde hay música hay alegría. No son palabras nuestras, sino las del director del ballet vallenato, Carlos Calderón, quien, durante el Día Nacional de la Música organizado en Valledupar, habló de la necesidad de dar el espacio que se merece a la música y la cultura en general.

El evento impulsado por el Ministerio de Cultura y organizado a nivel local por la alcaldía tuvo una especial acogida. En la Biblioteca Departamental Rafael Carrillo, el director de la Casa de la Cultura, Alberto Muñoz Peñalosa, puso de entrada el énfasis en la historia del municipio y su fuerte vinculación con los artistas que han contribuido a darle un sitio en la cartografía.

“Música es lo que siempre hemos tenido”, expresó antes de evocar el recuerdo de las noches en las que Colacho Mendoza o Gustavo Gutiérrez Cabello se reunían en las casas del centro para interpretar sus canciones insignes.

De que Valledupar tiene una historia musical radiante, no cabe duda alguna. Los temas interpretados por los Niños del Vallenato (de la Escuela de Talento Rafael Escalona) o los de la Banda musical dejan entrever una gran tradición que, además, ha sabido integrar paulatinamente la presencia femenina.

Como bien lo comentó el acalde Fredys Socarrás (quien no quiso adentrarse en un dilatado discurso y acapararse del protagonismo), la música es el cimiento de esta ciudad. Ella le ha permitido ser reconocida a nivel nacional e internacional gracias a la importancia del Festival Vallenato y el renombre de los juglares que siempre la cantan, la adulan, con esas letras llenas de poesía.

Pero más allá de estas ideas conocidas, el evento dio para reflexionar sobre las direcciones a seguir en un futuro y el verdadero espacio que habrá que dar a la Música dentro del plan de desarrollo de la ciudad.

En su breve intervención, el alcalde dio una clave importante al resaltar la necesidad de rescatar las figuras públicas que han facilitado la construcción de ese gran patrimonio musical que dispone Valledupar y protegerlo de un modo eficaz y justo.

Sin embargo, la clave más importante la dio Diego Ribera Galvis, el joven director de la Orquesta Sinfónica de Valledupar, quien presentó por primera vez a su agrupación compuesta de 55 músicos tras poco más de 3 meses de ensayo.

En su breve intervención, el director agradeció el apoyo ofrecido por las autoridades para que su agrupación se instale durablemente en el panorama cultural de la ciudad y también se instaure un clima de excelencia y de cosmopolitismo en el que se pueda valorar el trabajo emprendido.

Los 55 músicos demostraron, con los pocos meses de ensayo, que la ciudad está emprendiendo un lento pero beneficioso camino hacia nuevas expresiones musicales y que está dispuesta a implementar procesos para asegurar la formación de músicos profesionales.

En ese Valledupar que muchos ansían –donde la música se celebra a diario, donde la excelencia va de la mano con la variedad y la sensibilidad–, será más fácil hablar de apertura, de turismo, civismo y progreso. Porque, al fin y al cabo, la música también ayuda a la creación de un paradigma.

0 Comentarios


Escriba aquí su comentario Autorizo el tratamiento de mis datos según el siguiente Aviso de Privacidad.

Le puede interesar

Las mujeres del vallenato en su mejor momento

Las mujeres del vallenato en su mejor momento

  Esta semana salió al aire la telenovela que nos cuenta la vida de Consuelo Araujo Noguera y que lleva el nombre de La Cacica, co...

Mama Sara: la mujer del secreto

Mama Sara: la mujer del secreto

  En nuestro andar, las etapas no se hacen esperar, las vivimos, las disfrutamos y las agotamos y, cuando nos dimos cuenta, zasss… ...

La mujer en la política. La política sin la mujer

La mujer en la política. La política sin la mujer

Hace unos días, me sorprendió una periodista con una pregunta muy particular: ¿Por qué decidí renunciar a mi precandidatura a la...

El mosquito y el alcalde

El mosquito y el alcalde

En Tamalameque desde siempre ha habido zancudos y no cualquier zancudo, los nuestros son mosquitos grandes, feroces, zumbadores, astu...

Los viajes del acordeón

Los viajes del acordeón

No siempre la música vallenata tiene que ser ejecutada con acordeón ni todo lo que se toque con él debe ser considerado como tal. Ni...

Lo más leído

Síguenos

facebook twitter youtube

Enlaces recomendados