Opinión

Hablar en público

Arnoldo Mestre Arzuaga

21/02/2023 - 03:50

 

Hablar en público

 

No es tarea fácil pararse en una tribuna y dirigirse a un auditorio, para expresar ideas, leer o improvisar un discurso que conmueva o impresione a quien nos dirigimos.

La oratoria no es un don que abunda como maleza en los matorrales, es un privilegio solo reservado para algunos, la facilidad de expresión no se aprende, ni se enseña en ninguna parte, es algo innato que nace con el orador.

No todos tenemos el coraje de poner la cara frente a un público, y mucho menos atrevernos a hablar fluido para convencer con nuestra intervención a las personas que nos escuchan, hablar en público es un reto, más cuando algún espontáneo se atreve a interrumpirnos para que aclaremos algún punto que tocamos en la intervención.

En mi caso particular, sentía terror, se me aceleraba el corazón y lo evitaba en toda ocasión con alguna excusa, sabía que podía hacerlo, me sobraban palabras para expresar y tenía claro lo que había que decir, pero el miedo y la inseguridad me atragantaban, siempre fui un muchacho locuaz, dicharachero y cuenta-chistes en las reuniones sociales, pero hablar en público para tratar asuntos políticos o de interés social, era otra cosa.

Hasta en el colegio cuando teníamos que presentarnos, sentía miedo y cuando se aproximaba mi turno pensaba que no podría hacerlo. Lo mío, no era falta de conocimientos, ni mucho menos ignorancia, era un pánico que no podía dominar, era un estado psíquico que no me permitía hacer lo que yo podía, por temor a quedar en ridículo.

Hace algunos años, se puso de moda en esta ciudad de Valledupar, un seminario creado por un japonés y aquí orientado por un criollo nuestro que él denominó “Caminos”. Estaba basado en principios sociológicos, psicológicos e inspirados en un ser superior, nos encerrábamos desde el viernes en la tarde y sin interrupción alguna finalizaba el domingo, también en horas de la tarde. Allí, al frente de todos, nos obligaban a hablar, que dijéramos cualquier cosa, cuando nos tiritaba la voz o sentíamos no poder continuar, los compañeros nos aplaudían y nos gritaban, tú puedes, tú puedes… De esta manera, todos, uno por uno, teníamos que pasar por esta prueba.

Después de este seminario, mi vida cambió, me atreví a hablar en público y a escribir, ahora en cada reunión hablo, leo mis cuentos y quiero ser el primero en participar. El fantasma del terror en mi interior desapareció, ahora participó en reuniones políticas y casi siempre abro las intervenciones.

Hablar en público, para mí, actualmente, es una delicia y lo disfruto cada vez que lo hago.

 

Arnoldo Mestre Arzuaga

 

Sobre el autor

Arnoldo Mestre Arzuaga

Arnoldo Mestre Arzuaga

La narrativa de Nondo

Arnoldo Mestre Arzuaga (Valledupar) es un abogado apasionado por la agricultura y la ganadería, pero también y sobre todo, un contador de historias que reflejan las costumbres, las tradiciones y los sucesos que muchos han olvidado y que otros ni siquiera conocieron. Ha publicado varias obras entre las que destacamos “Cuentos y Leyendas de mi valle”, “El hombre de las cachacas”, “El sastre innovador” y “Gracias a Cupertino”.

0 Comentarios


Escriba aquí su comentario Autorizo el tratamiento de mis datos según el siguiente Aviso de Privacidad.

Le puede interesar

San Juan, compositores, museo y conversatorio

San Juan, compositores, museo y conversatorio

  Las instituciones públicas o gubernamentales siempre han estado rezagadas frente al impulso que deberían darle a nuestra riqueza ...

Deimer Marín traicionó a su papá

Deimer Marín traicionó a su papá

Deimer me hizo llorar dos veces: primera, con ese clamor de paz expresado en la canción de su padre Hernando Marín, ...

Mula muerta de la guerra

Mula muerta de la guerra

Como para volvernos locos de alegría, Colombia entera quiere la paz. Los del Sí queremos la paz, Los del No también, las victimas qu...

El príncipe colombiano

El príncipe colombiano

“La corrupción es una amenaza contra la libertad, virtud sin la cual ningún pueblo puede construir grandeza” (Maquiavelo) No es ...

Muerte Verde

Muerte Verde

  Lloran madres del caudal a sus hijos del gobierno, sus bocas abiertas, ojos abiertos, hijos de un pueblo, ¡Caín! ¡Abel! Muerte v...

Lo más leído

Síguenos

facebook twitter youtube

Enlaces recomendados